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Viernes 27 de Julio de 2007
 
Edicion impresa pag. 28 > Sociedad
La temporada agravó la crisis del tránsito en Bariloche
El importante ingreso de turistas de los últimos días provocó muchos trastornos. Embotellamientos en el centro y problemas para estacionar, los más graves.
El descontrol en las calles de la ciudad lacustre por la gran afluencia de visitantes. Reclaman más obras para ordenar la circulación.
El descontrol en las calles de la ciudad lacustre por la gran afluencia de visitantes. Reclaman más obras para ordenar la circulación.
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El pico invernal de afluencia turística que se registra por estos días puso al tránsito urbano en situación de colapso y desnudó una vez más la incapacidad de fiscalización y control municipal. Los embotellamientos en pleno centro, la imposibilidad de estacionar en el microcentro y las continuas infracciones que nadie sanciona multiplicaron el malestar de los conductores y peatones. El director de Gobierno a cargo de Tránsito, Carlos Catini, admitió que se trata de una crisis terminal que sólo se resolverá "con grandes obras de infraestructura". Mencionó entre otras la construcción de rotondas sobre el acceso Este, estacionamientos subterráneos en la Costanera, dársenas de giro con semáforos sobre la avenida Bustillo y la prolongación de avenida de los Pioneros hasta laguna El Trébol.

Dijo que la ciudad tiene unos 33.000 autos radicados a los que se suman más de 2.000 foráneos y los grandes ómnibus de transporte turístico, que se mueven en un espacio muy acotado y con grandes desniveles. Ayer el municipio comunicó el secuestro de tres vehículos de transporte (taxis y remises) porque sus conductores carecían de habilitación profesional.

También hay cientos de actas a vehículos mal estacionados y a micros de turismo que esperan a los pasajeros en doble fila o con el motor en marcha, lo cual está prohibido por ordenanza. Pero las faltas que realmente reciben sanción son una ínfima parte del número total y los inspectores reciben continuas agresiones, derivadas de la impaciencia general.

Basta con recorrer al mediodía el centro de la ciudad para tener una radiografía del caos. Algunas esquinas clave como Quaglia y Moreno, Villegas y Moreno o Villegas y Mitre se transforman en virtuales campos de batalla, donde sólo cruzan los audaces.

Los semáforos son insuficientes, pero aun donde existen el tránsito es tan abundante que con cada "rojo" se acumulan hileras de más de 100 metros, lo cual entorpece el tránsito en el cruce siguiente. En ciertas horas del día el semáforo de cuatro tiempos del puente Ñireco obliga a esperar tres o cuatro cortes para llegar al ansiado "verde".

Muchos automovilistas que no consiguen lugar para estacionar dejan sus vehículos en garajes o espacios reservados y se enojan cuando los multan.

En la Bustillo -donde abundan los hoteles y bungalows- las caravanas de autos y camionetas no tienen pausa

y transforman cualquier cruce en un riesgoso desafío, lo cual se agrava de noche por las pésimas señalización e iluminación.

En torno a la plaza del emblemático Centro Cívico existen 13 carteles de prohibido estacionar. Pero a toda hora hay no menos de 15 ó 20 vehículos que desafían la norma sin mayor reacción del municipio. Dos inspectores consultados ayer reconocieron que esta semana el tránsito fue "un desastre". Mientras observaba a dos micros de transporte urbano que bloqueaban el paso en Moreno y Villegas, una de las trabajadores aseguró que si tuviera auto "ni loca" lo trae al centro en horarios pico.

Catini aseguró que el área a su cargo cuenta con 34 inspectores y que en estos días dispusieron un esquema de horas extra para cubrir también los horarios nocturnos y los fines de semana. Aclaró no obstante que existe un convenio con la policía que la autoriza a actuar en cualquier caso.

En cuanto a la prohibición de ingreso de micros de gran porte a la ciudad, admitió que es imposible imponerla a rajatabla mientras Bariloche cuente con una terminal de apenas 6 dársenas para un movimiento de 150 servicios diarios.

 

Rotondas necesarias

 

Además de la terminal nueva, consideró urgente la construcción de una rotonda sobre la ruta 237 a la altura de Las Victorias y otra en el cruce de esa ruta con Garibaldi, en el barrio Ñireco.

Otro proyecto que aliviaría el severo problema de estacionamiento sería el emplazamiento de playas subterráneas en la Costanera, que Catini imagina semejantes a las de Puerto Montt.

Dijo que deberían ser desarrolladas y explotadas por privados.

También habló de redefinir el distribuidor de tránsito del monolito a San Martín y extender la Pioneros por tierras del Ejército.

Más allá de esa enumeración, no hay mayores datos sobre la voluntad de acelerar estos proyectos.

Por lo pronto, el responsable de Tránsito se propuso un objetivo más modesto: lograr que el presupuesto municipal 2008 incluya la compra de motos para el personal a su cargo, que a pesar de las dimensiones de la ciudad y de la naturaleza de su trabajo, hasta ahora se mueve a pie.

 
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Diario Río Negro.
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