NEUQUEN (AN).- "La música electrónica experimental es el nuevo rock and roll, el rock and roll moderno", dicen por ahí. "El rock revolucionó los años 60 y 70 y fue toda una actitud. En la actualidad, la música experimental también revolucionó la manera de hacer música y tiene muchísimo que ver con la actitud del músico. Por eso para mi es el nuevo rock and roll", teorizó Juan Fort, músico integrante de la banda Abstractal.

Abstractal es un dúo neuquino que realiza sesiones en las que ensambla música experimental-electroacústica con matices étnicos. Luego de un impasse creativo, en el que los músicos se dedicaron a explorar nuevos sonidos, regresan ahora al ruedo para presentar una nueva sesión en la que incorporarán a los instrumentos eléctricos, la computadora y los software de sonidos.

La banda se presentará mañana, a las 22, en La Curtiembre, ubicada en Juan B. Justo 648, de Neuquén. Como ya es una costumbre difundida por ellos, la sesión experimental incluirá ambientaciones e instalaciones armadas por el grupo local Ultranativa.

La música experimental es un género que surgió en las primeras décadas del siglo XX, y permaneció hasta este siglo exclusivamente dentro de los circuitos unders. Con el avance vertiginoso de las nuevas tecnologías, este modo de hacer música dio un salto significativo, y acaparó la atención de muchos músicos curiosos e inquietos que buscan crear sonidos nuevos o trabajar sobre ritmos, utilizando otros instrumentos no convencionales como los software. "En la pintura, el artista se ve limitado por el espacio dentro del cuadro y ya no puede hacer más porque en algún momento su representación queda físicamente terminada. La música no existe como algo tangible, tiene la posibilidad de ir mutando. Empezar a trabajar con tecnología me produjo una revolución en todos los sentidos porque te cambia radicalmente la forma de ver la música y de manipular los sonidos", confesó Juan Fort, que junto a Chorus integran Abstractal.

Otras de las posibilidades de la música experimental es la de romper con las normas y estándares de lo tradicional. "En la música, en todo el mundo, se afina de acuerdo a un estándar denominado A440. En la música experimental, al trabajar con máquinas y software, podés transitar más libremente", explicó Chorus.

Este género tiene además como característica que los temas que se definen como "sonoramas" no terminan nunca de completarse. En el proceso de experimentación, el músico encuentra un sonido y comienza a transformarlo tantas veces como sea necesario hasta encontrar un modelo que se ajuste a los deseos del compositor. Pero la cosa no termina allí. "En algún momento, por intuición, uno siente que está terminado y decide incorporarlo en una sesión", contaron los músicos. Pero en el concierto en vivo se trabaja mucho con la improvisación y esto hace que cada bloque sonoro sea diferente en cada sesión.