Jueves 26 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 28 > Sociedad
Se despistó y terminó dentro de una chacra

ROCA (AR).- Una camioneta que viajaba con destino a San Carlos de Bariloche se despistó ayer sobre la Ruta Nacional 22 a la altura de la localidad de Chichinales y terminó dentro de una chacra. Por fortuna sus ocupantes no sufrieron heridas de gravedad, aunque sí se llevaron un gran susto.

El incidente ocurrió ayer por la mañana, unos minutos después de las 9, cuando una camioneta Suzuki Vitara que se dirigía desde Buenos Aires hacia la localidad cordillerana llegó a la curva conocida como "Tres Puentes" y literalmente siguió de largo, terminando de este modo incrustada en una chacra aledaña a la ruta.

Tras el despiste, el vehículo recorrió varios metros por la banquina, inclusive derribó gran parte del alambrado de la chacra y numerosas plantas de pera hasta que terminó su loca carrera en una zanja rural. Sólo por milagro la camioneta no protagonizó un vuelco que podría haber tenido consecuencias mayores para sus ocupantes.

El vehículo circulaba con cuatro personas a bordo, de entre 13 y 72 años, una familia oriunda de Capital Federal, que se dirigía a la cordillera a pasar las vacaciones de invierno, pudo saberse.

Salvo una mujer de 64 años, Dora Cayuela, que debió ser trasladada al hospital de Villa Regina con lesiones de carácter leve, el resto de los viajeros resultaron ilesos y fueron a su vez trasladados al destacamento de la policía caminera de Chichinales hasta que la mujer herida se recuperara.

En el centro de salud se constató que Cayuela no sufrió lesiones de gravedad por lo cual sólo permaneció allí en observación.

Efectivos policiales trabajaron en el lugar del hecho para determinar las causas del despiste, que hasta ayer a la tarde todavía eran inciertas, y lo que no dejaba de causar asombro fue el extenso camino que recorrió el rodado hasta quedar metido de lleno en el corazón de la chacra.

Según informaron fuentes policiales, el conductor del rodado era Angel Ayerbé, de 72 años, quien viajaba acompañado de Verónica Cano, de 23, y Cecilia Loyacon de 12.

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