ROCA (AR).- Dicen que en toda crisis el hilo siempre se corta por lo más delgado y, en tiempos de inflación y su consecuente aumento de la canasta básica de alimentos, son los jubilados a los que les toca experimentar el rigor del dicho.
Los afiliados del PAMI reciben mensualmente una bolsa de alimentos que complementa el magro beneficio previsional que les destina el Estado, pero la bolsa empezó a achicarse notablemente en los últimos meses.
"La bolsita ayuda, pero es poco. No me alcanza para todo el mes. Yo cobro 300 pesos de jubilación y con eso tengo que pagar los impuestos, la luz, el gas, el agua y además los medicamentos que son carísimos", comentó Elvira, quien además agregó que su alimentación depende exclusivamente de esta bolsa.
Un importante número de jubilados asistió ayer a los diferentes centros comunitarios de la ciudad a retirar esta ayuda alimentaria con la que intentan paliar su declinante situación económica. Algunos dependen de sus hijos para poder llegar a fin de mes, pero muchos perciben un haber mínimo jubilatorio.
"Yo soy sola, vivo de esto y tengo que llegar al otro mes con estas cosas. Más o menos me dura 15 días, más no, lo que me va sobrando siempre es un poquito de azúcar y aceite porque por ahí estoy comiendo menos, pero lo demás se termina pronto", confesó Luisa, de 75 años.
El Programa Nacional "Pro Bienestar" comenzó a implementarse en todo el país a mediados de 1993, siendo su principal objetivo la asistencia a los afiliados del PAMI de condición socioeconómica humilde. Desde sus inicios, la administración de los recursos económicos y la selección de los beneficiarios fue delegada a los centros de jubilados de cada localidad adheridos al programa, ya que éstos poseen un conocimiento más acabado de las situaciones de mayor necesidad que se presentan en cada barrio.
Es así que, mensualmente, los centros entregan cuatro tipos diferentes de bolsas: la bolsa básica, para una sola persona, que contiene alimentos por un valor de $ 37,40; la bolsa para dos personas, con un valor de $ 49,50 y la bolsa para tres personas, con un valor de $ 63,50. A ellas se agrega una cuarta bolsa especial que se destina a aquellos jubilados que sufren alguna patología, como diabetes o insuficiencias renales crónicas, y que por esta razón requieren otro tipo de alimentos. El valor de esta última es de $ 39,50 para una sola persona.
Los convenios entre el PAMI y los centros de jubilados duran dos años y los valores anteriormente mencionados fueron adoptados en 2005. El último convenio se firmó el pasado 1 de julio, aunque sin que se actualizaran los montos, y el notable aumento de precios en productos alimenticios que se registró en los primeros meses del año redujo, evidentemente, el contenido de cada bolsa. La encargada del programa a nivel provincial, Alejandra Cordero Pizarro, reconoció que la inflación redujo considerablemente la cantidad de alimentos de cada bolsa, aunque mencionó que no estaba prevista por el momento la actualización de los valores. De todas maneras, sostuvo que un equipo de nutricionistas se encarga de acomodar los productos en relación con los recursos, de modo que se mantengan ciertos nutrientes considerados esenciales (ver aparte).
Otra de las cuestiones es que, muchas veces, los jubilados deben ir a buscar a bolsa a centros que se encuentran muy alejados de su hogares y gastan en transporte sumas realmente poco convenientes. "A veces no vale la pena venir y pagar un taxi para buscar la bolsa, que cada vez es más chica. Yo vengo de Mosconi y gasto más de 10 pesos para ir y volver. No se justifica, pero por ahora voy a seguir viniendo", comentó resignado otro anciano.
