La banda de Hurlingham acaba de editar el CD "Basta" -séptimo de estudio, 11 en su historial- con producción discográfica de Sebastián Schachtel y Germán Daffunchio, cuya presentación oficial ocurrirá en el Complejo Bloke Disco Pub, mañana en Neuquén, y pasado mañana, en el Club Bomberos de Bariloche.
Como desde hace ya varios años, Las Pelotas sale a escena con Alejandro Sokol en voz; Germán Daffunchio también en voz y guitarras; el guitarrista Tomás Sussmann; Gustavo Jove en batería; los teclados de Sebastián Schachtel y Gabriela Martínez en bajo, guitarra acústica y coros, con quien "Río Negro" dialogó a la salida de un ensayo. "Estamos juntos hace muchos años. Por ahí, es difícil distanciarme y ver la banda desde afuera... Con el resto de los integrantes ya somos amigos, como una familia... Después de tanto tiempo, no me resulta sencillo pensar en Daffunchio como cantante o guitarrista; para mí es Germán, viste? Tenemos gran co
nexión con la gente, se produce un retorno muy importante en los recitales, que se percibe claramente", dice Martínez.
"Trabajamos mucho con el concepto de grupo. No hay alguien que tome decisiones por encima de los demás. Por lo general, las cosas se eligen democráticamente. Por ejemplo, para el último disco, había armados unos diez o doce temas más de los que quedaron y lo que hicimos fue una votación entre todos, para ver cuáles entraban. Lo mismo cuando preparamos la lista para un show; elegimos entre todos, en los ensayos previos. Cada uno tira su idea y optamos. Nos manejamos como una banda", explica
- A través del tiempo, el sonido de Las Pelotas es más limpio, el que aparece en el compacto está mejor o más producido musicalmente...
-Sí, sí, seguro. Nos propusimos llegar al disco con la elección de los temas hechos, sabiendo lo que cada uno quería tocar. Le dedicamos mucho tiempo a la pre-producción, lo cual significó una demora en la salida del compacto. Habremos estado un año y medio, casi dos, entre componer y pre-producirlo en nuestra sala (en Nono, Traslasierra, Córdoba). Y cuando llegamos al estudio (en Buenos Aires) no ocurrió como otras veces en las que nos metíamos sin saber qué queríamos. Esta vez, llegamos teniendo claro qué quería cada uno. Eso nos permitió dedicarnos a buscar el sonido. Un estudio como Panda tiene técnicamente cosas distintas a las que accedemos en el nuestro.
- ¿Qué cambia, expresivamente, entre el estudio y el toque en caliente ante del público, que registraron en varios discos?
-Las Pelotas es una banda muy de vivo, por lo mismo que te decía de la conexión con la gente. Lo que se arma con el público le da al show un calor que la grabación no tiene...
- ¿Eso modifica la manera en que tocás el bajo, el modo en que un tema es cantado?
-Sí. En estudio es muy difícil separar la cabeza (sonríe). Cuando se enciende la luz roja (de grabación) empezás a pensar mucho si algo está bien o no, si lo estás interpretando, si... En cambio, en el vivo hay una cosa más del momento, más repentista, una energía mayor, más fuerte. El vivo, tiene ese calor que te cambia, te da una fuerza adicional; hace que no te canses de tocar la misma versión. Uno va jugando en el escenario y no la toca exactamente igual ni con la misma intención. La cuestión es más pasional. No importa si sale todo perfecto, no está tan en juego la cabeza y la expresión aparece nítida.
EDUARDO ROUILLET
