SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El equipo de física forense del Instituto Balseiro fue convocado por la Justicia para realizar una pericia sobre los rastros dejados por la matanza del 22 de agosto de 1972, cuando 16 guerrilleros fueron asesinados en una base militar de Trelew.

Los expertos analizarán con técnicas científicas la pared de las celdas donde fueron acribillados los militantes revolucionarios, que pocos días antes se habían fugado del penal de Rawson.

La causa judicial por la masacre de Trelew fue reabierta hace casi dos años a pedido de un grupo de familiares de las víctimas, que son patrocinados por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

En su momento, la Marina presentó los hechos del 22 de agosto como un "enfrentamiento" derivado de un nuevo intento de fuga. Pero esa versión quedó desmentida por el testimonio de tres sobrevivientes.

Todos los datos reunidos desde entonces demostraron que la matanza fue una represalia por la fuga previa, en la que los guerrilleros burlaron la seguridad de la cárcel de Rawson, donde la dictadura del general Lanusse había recluido a las cúpulas del ERP, FAR y Montoneros.

El 15 de agosto, los máximos dirigentes de las organizaciones armadas lograron escapar a Chile en un avión secuestrado. Pero los otros 19 militantes, que se evadieron del penal en un segundo grupo, no llegaron a tiempo para abordar la aeronave y debieron entregarse en el aeropuerto.

El físico Rodolfo Pregliasco estuvo hace algunas semanas en Trelew para relevar instalaciones donde realizarán la pericia.

Aunque posteriormente los tabiques de las celdas fueron derribados y el edificio albergó oficinas de la Armada, todavía quedan paredes en pie que pueden aportar datos valiosos.

Pregliasco explicó que el muro "fue cubierto con más de 5 centímetros de una ceresita durísima", pero la intención es examinarla con técnicas científicas para obtener la mayor cantidad de información posible sobre los disparos. Precisiones sobre los ángulos, la secuencia, la distancia y el tipo de proyectiles son algunos de los posibles aportes de la pericia.Los técnicos del Balseiro tienen previsto sumar a la tarea al físico Mario Mariscotti, que es especialista en tomografías de hormigón armado.

La idea es estudiar la pared con técnicas de rayos gama para detectar posibles restos de metal. Es posible que aun queden balas enteras alojadas en el ladrillo hueco. Los testimonios refieren que los verdugos realizaron cientos de disparos, posiblemente con una ametralladora asentada en un trípode. Si las pericias ayudan a despejar estos interrogantes, la causa podría avanzar en las imputaciones, que hasta ahora aparecen difusas.

Según los datos surgidos de publicaciones de la época, la matanza fue ejecutada por un grupo de marinos comandados por el capitán de corbeta Luis Emilio Sosa y el teniente Roberto Bravo.

Los fusilamientos de Trelew fueron una las manifestaciones más despiadadas del terrorismo de Estado previo al golpe del 76 y al mismo tiempo se transformó en un símbolo de lucha para las organizaciones guerrilleras.

Como en tantos hechos parecidos, la causa judicial abierta en aquellos días no llegó a determinar responsabilidades y rápidamente pasó al archivo.

La nueva investigación está a cargo del juez federal de Rawson, Hugo Sastre, y del fiscal Fernando Gelvertz. La abogada del CELS, Carolina Varsky, explicó que la causa fue reabierta a pedido de un grupo de familiares de Miguel Angel Polti, Susana Lesgart, Rubén Bonet, Eduardo Capello, Alberto Del Rey y Humberto Toschi, quienes además impulsan la creación de un "espacio para la memoria" en la base militar para homenajear a los caídos.

Hasta ahora el expediente avanzó sólo en la incorporación de los testimonios dejados en su momento por los tres sobrevivientes (luego desaparecidos), algunos guardiacárceles y los abogados que defendían a los presos.