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Viernes 20 de Julio de 2007
 
Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
Bomberos desafían el peligro

Cuarenta y ocho después de que un Airbus de la aerolínea brasileña Tam se estrellara contra un edificio, bomberos de San Pablo desafiaban ayer el riesgo de derrumbe y buscan cuerpos en los escombros aún humeantes que dejó la catástrofe.

"Hasta ahora retiramos 181 cuerpos carbonizados, el último a las 11 de esta mañana, pero aún quedan cadáveres en lugares a los que no podemos acceder", dijo ayer por la mañana el portavoz de los bomberos, capitán Mauro Gomes.

"No damos cifras sobre la cantidad de víctimas que podríamos encontrar porque ignoramos cuántas personas estaban en el edificio y en el puesto de gasolina (ubicado) al lado en el momento del accidente", afirmó.

Los 60 bomberos que trabajan en ese sitio tienen ahora que retirar los escombros bajo los cuales se encuentran una parte de la cabina y el tren de aterrizaje del avión. Utilizan una excavadora para hacer lo que llaman una "demolición parcial" del edificio. "Estamos seguros de que hay otros cuerpos en ese lugar", dijo Gomes.

El teniente coronel de los bomberos Henguel Ricardo Pereira, de 36 años, fue uno de los primeros en llegar al lugar de la tragedia y confirma que "es imposible diferenciar las víctimas del avión de las que se podrían encontrar en el edificio" en el momento del choque de la aeronave. "El fuselaje del avión se desintegró en el interior del inmueble", dice Pereira, y recuerda la noche del accidente. "Recibimos una llamada: 'Teniente, cayó un avión'. Ya sabía que era grave", dijo. Pereira recordó que llegó 10 minutos después y vio a una joven lanzarse por una ventana del edificio. Otras dos personas hacían gestos desesperados pidiendo ayuda desde el inmueble. "Conseguí acercarme a ellos con la escalera grande y les pedí que no saltaran, que los sacaríamos de allí. Eran dos hombres de mediana edad", evoca. "Yo agarré a uno y mi colega Machado a otro. Inmediatamente, una viga colapsó y el techo se desplomó. Les pregunté si había otras personas y me respondieron: vivos, solo nosotros. "Esas fueron las dos últimas personas que sacamos con vida", concluyó.

 
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