Martes 17 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 25 > Internacionales
Rusia frena iniciativa de Estados Unidos y sus aliados europeos

BRUSELAS (AFP).- Rusia tiene mucho para ganar suspendiendo el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FCE), que perturba su libertad de acción, mientras que Occidente tiene poco margen de maniobra frente a Moscú, según analistas.

En efecto, los expertos coinciden: en el Tratado FCE, como en otros temas (escudo antimisiles, ampliación de la OTAN, Kosovo e Irán), Rusia va a frenar las iniciativas de Estados Unidos y sus aliados europeos. La suspensión del Tratado FCE "es uno de los numerosos medios que utiliza Rusia para hacer presión sobre la Alianza Atlántica. Tras años de humillación, Moscú toma su revancha", señaló Etienne de Durand, experto en estudios de seguridad del Instituto francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

"En Moscú la lectura de estos últimos 15 años es la de una iniciativa sistemática de desmantelamiento de la zona de influencia rusa por parte de Estados Unidos. Como los norteamericanos están debilitados por la situación en Irak, Rusia aprovecha", explicó Durand.

Thomas Gomart, que dirige el Centro Rusia del IFRI, estima que "el congelamiento del FCE se inscribe en la degradación continua de las relaciones ruso-norteamericanas desde que el vicepresidente estadounidenses Dick Cheney denunció la política rusa en el 2006 en Lituania".

Ese discurso que criticaba la tendencia de Rusia de intimidar a sus vecinos y de orientarse a un régimen más autoritario en el frente interno "fue percibido como una provocación y una injerencia", según Gomart, para quien "desde entonces, Rusia devuelve golpe por golpe". Por otra parte, y de acuerdo con Durand, "el Tratado FCE siempre molestó a los militares rusos", dada la condición euroasiática del país y la necesidad estratégica de rotación y despliegue de hombres, impedida por ese acuerdo con Occidente.

El experto Alain De Neve, del Instituto Real Superior de Defensa de Bélgica, coincide con este análisis, al señalar que la suspensión del tratado "era previsible", ya que los rusos luchaban desde hace diez años "contra la lógica de bloque contra bloque que había presidido las negociaciones del FCE".

"Es una de esas medidas del final de la Guerra Fría que los rusos estiman superada", afirmó De Neve, en referencia al tratado que entró en vigencia en 1992.

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