Martes 17 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 25 > Internacionales
Nuevo ataque suicida dejó 76 muertos en Irak
Un coche-bomba también hirió a 185 personas. El atentado fue contra la oficina del partido kurdo.

KIRKUK, IRAK (AFP).- Al menos 76 personas murieron y otras 185 resultaron heridas ayer en un atentado suicida con coche bomba contra la oficina de un partido político kurdo en la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak.

El anterior balance señalaba 75 muertos y 180 heridos. Este ataque corre el riesgo de acentuar todavía más las tensiones étnicas en la tercera ciudad del país, que los líderes kurdos querrían ver unida a la región autónoma de Kurdistán, ante la férrea oposición de árabes y turcomanos.

"La mayoría de los heridos, entre los que hay mujeres y niños, se encuentran muy graves debido a las quemaduras que sufrieron", declaró el jefe de la policía de Kirkuk, Burhan Habib Tayeb.

Tras el atentado, que tenía por blanco las oficinas de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), el partido del presidente Jalal Talabani, vehículos de la policía recorrieron las calles de la ciudad pidiendo a los habitantes, con ayuda de megáfonos, que fueran a donar sangre a los hospitales.

Varios testigos explicaron que la mayoría de los edificios cercanos al lugar de la explosión se hundieron y que los servicios de socorro seguían tratando de sacar cadáveres de debajo de los escombros.

Numerosos habitantes de Kirkuk se precipitaron a los hospitales para obtener noticias de sus familiares. Un poco más de una hora después de esta fuerte explosión, un coche bomba estalló cerca de un mercado de la ciudad, hiriendo a una persona, mientras que un tercer ataque contra una patrulla de la policía al sur de Kirkuk mató a un oficial e hirió a otros tres agentes.

El edificio contra el que estaba dirigido el primer ataque alberga a organizaciones locales no gubernamentales, entre ellas el Comité Olímpico local, que representan un símbolo del poder kurdo en esta ciudad multiétnica.

Desde la invasión estadounidense de Irak en el 2003, Kirkuk, tercera ciudad del país donde conviven árabes, kurdos y turcomanos, se libró de la violencia comparado con Bagdad.

Antes de los atentados, oficiales estadounidenses señalaron "un nivel de violencia aceptable" en la región de Kirkuk, marcada ocasionalmente por la explosión de artefactos explosivos y tiroteos, pero nunca por un ataque de tanta envergadura como el de este lunes.

El atentado lleva la huella de los insurgentes de Al Qaeda, que se arraigaron en las poblaciones chiítas de la región, donde muchos de ellos tienen un resentimiento hacia lo que consideran una dominación total kurda.

"Kirkuk es una enorme ciudad petrolera pero los kurdos lo controlan todo: las fuerzas de seguridad, el gobierno, el petróleo, todo", declaró la semana pasada un campesino sunnita residente en el sur de la localidad.

Las tensiones se incrementaron en los últimos meses debido a un artículo de la Constitución iraquí que prevé un referéndum antes de fin de año sobre la adhesión o no de la ciudad al gobierno regional autónomo del Kurdistán.

Tras la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003, numerosos kurdos que huyeron de las persecuciones del ex dictador regresaron a Kirkuk y ahora controlan el gobierno local y la mayoría de las fuerzas de seguridad.

En Bagdad, dos atentados con coche bomba dejaron 11 muertos y 20 heridos.

El primero tuvo por blanco una patrulla de policía y mató a tres agentes y a un civil, mientras que el segundo estalló en un barrio del centro de la capital con un saldo de siete muertos, entre ellos tres niños.

Por otra parte, miles de soldados estadounidenses e iraquíes lanzaron una amplia ofensiva contra los bastiones de Al Qaeda al sur de Bagdad con vistas a detener la llegada de armas a la capital iraquí, según el ejército estadounidense.

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