NEUQUEN (AN).- Cerca de 5.000 beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar fueron dados de baja durante el último año en Neuquén, la mayoría de ellos porque encontró trabajo.

Los datos se desprenden de la estadística que lleva la Gerencia de Empleo y Capacitación Laboral, y también dan cuenta de que el número total de personas que reciben un subsidio experimentó una merma sustancial al bajar a 8.992 en junio pasado.

Se trata de un descenso drástico, producido en consonancia con las mejoras en los indicadores económicos en la provincia y a nivel nacional, ya que en el 2002, cuando el programa se puso en funcionamiento había en toda la provincia 21.663 beneficiarios.

De ese total, en el 2006 pasaron a ser 13.587, luego de aplicarse 8.076 bajas. La tendencia se acentuó entre junio del año pasado e igual mes del 2007, hasta el punto de que si se toma el número original de planes que se repartía en el 2002 y se lo contrasta con el de ahora se registra una baja de 62%.

La caída es mayor, porque la emergencia económica de 2001 se atendió en la provincia con 27.000 subsidios. Y luego de una depuración se pasó a los 22.000 que se toma como punto de partida.

Según la Gerencia el gobierno nacional giró 153.484.850 pesos para dar contención a los desocupados desde la puesta en marcha del subsidio de 150 pesos mensuales. Con todo, la tendencia del gasto viene experimentando retrocesos sucesivos, de la mano de las mayores ofertas de empleo que se presentan para los beneficiarios.

Por caso, en junio del 2006, el organismo distribuía mensualmente 2.034.450 pesos para ayudar a 13.563 personas. En tanto que en junio del 2007 se repartieron 1.348.800 para 8.992 beneficiarios.

En cuanto a la distribución geográfica, la ciudad que más planes de empleo recibe es la capital, con 3.223 subsidios ($483.500 por mes). En segundo lugar se ubica Zapala (717; $107.550); tercera está Cutral Co (754; $113.100), y cuarta Centenario, con 624 beneficiarios ($93.600).

"Las mejoras en la macroeconomía a nivel nacional y su impacto en la provincia hacen que haya una mayor demanda de trabajo con el consiguiente impacto en el padrón de beneficiarios", sostuvo el gerente de empleo, Luis Sagaseta.

Añadió que "la mayoría de las personas que se están yendo del programa tienen entre 20 y 30 años, es decir, están en la edad de acceder al mercado laboral con toda su potencialidad".