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Un cultrum recostado | ||
SAN IGNACIO (enviado especial).- El santuario con forma de cultrum está entre los cerros, a pocos metros de una explanada de pasturas generosas donde corren los yeguarizos de Celestino Namuncurá y las vacas cumplen con la ceremonia del engorde en invierno o verano. La obra del santuario -diseñada por el arquitecto Alejandro Santana- es de madera, se hizo sobre un recorte de cerro y tiene un diámetro de unos veinte metros, con el techo inclinado en unos 20 grados, sobre cual duerme el sol de la tarde. Y aunque asemeja un círculo se trata de una figura de 13 caras, con grandes ventanales de vidrio repartido. Una manguera trae agua purísima de una vertiente que se trasladó mediante un canal que Cirilo abrió con un tractor. Todo el escenario será iluminado con reflectores que no sufrirán la crisis energética. Es que se instalarán paneles solares que garantizarán la alimentación hasta que llegue la tantas veces prometida iluminación rural. No hay electricidad en San Ignacio y todo parece indicar que Ceferino deberá hacer de las suyas para que el deseo se concrete. | ||
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