Domingo 15 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
La "montaña asesina", un desafío para 4 argentinos

Cuatro andinistas argentinos, dos de ellos de la Patagonia, intentarán un desafío que parece bastante complicado. A partir de mayo de 2008 buscarán hacer cumbre en el Nanga Parbat, de 8125 metros, uno de los ascensos más riesgosos y temibles del mundo. Según informó ayer La Nación, hasta ahora, ningún compatriota logró clavar la bandera argentina en la cima de este "rey de las montañas" que compone uno de los 14 ochomiles de la cadena del Himalaya, sobre territorio paquistaní.

Alberto del Castillo y Pablo Reguera (oriundos de El Chaltén), junto a Fernando Garmendia y Horacio Gratton son, además de experimentados guías, un grupo de amigos que eligieron escalar "la montaña asesina", como se define al Nanga Parbat en el ambiente del montañismo.

"El riesgo es lo que define este deporte, no lo voy a negar, pero somos unos apasionados de la montaña y con mucha experiencia. Uno no va a buscar peligro, vamos a pasarlo bien entre amigos", dijo a ese medio Del Castillo, profesor de educación física y guía de montaña. Todos escalaron montañas en varios continentes, aunque sólo Reguera participó en 2005 de la expedición "Argentinos al Himalaya", donde se intentó subir los Gasherbrum I y II.

"No tenemos registros de que una expedición argentina haya pensado en el Nanga Parbat; más allá de la cumbre, todo el recorrido implica escalada en paredes verticales con arneses y grampones. Es un ascenso muy técnico", explicó Del Castillo, que, con 46 años, es el más veterano del grupo. "Es una montaña en la que no tenemos la seguridad de poder hacer cumbre. Podríamos haber elegido algo más fácil, pero la gracia está en el desafío", agregó.

Al lado de esta montaña, el Everest, aunque más alto (8848 metros), resulta casi una experiencia turística. Mientras que a la base del cerro más elevado de la cadena del Himalaya viajan hasta 500 expediciones por temporada, al Nanga Parbat, con suerte, suelen ir una o dos. De un solo golpe, comentan los andinistas, se elevan casi 7.000 m de laderas desde los cauces de los ríos Indo y el Braldo hasta la cumbre. Es el mayor desnivel del planeta.

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