Domingo 15 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 46 > Cultura y Espectaculos
Homenaje a la poesía y la música de América
El grupo chileno Inti Illimani mostró su virtuosismo ante más de 600 personas.

NEUQUEN (AN).- El grupo permanece de pie a merced de los aplausos. Los integrantes respiran profundo después del último tirón, un "bis' compuesto por una seguidilla de cuecas chilenas y... ¡una murga! Hacer música significa también un gran esfuerzo físico. Saludan, agradecen, aplauden. Nada tiene importancia después de tocar frente a un público entusiasta. Además, el desafío ha sido superado: a cuarenta años de su desaparición, Violeta Parra nació una y otra vez en la música y letra de las canciones.

Ya lo habían anticipado: "la muerte de Violeta ha sido nuestra vida y la de muchos grupos latinoamericanos".

La potencia e intensidad del emblemático conjunto chileno Inti Illimani guarda relación directa con su nombre. Inti es sol en quichua e Illimani un volcán de Bolivia. Significativo apodo para resumir el show que "los Inti" -como los llama su público- presentaron el viernes pasado en el Casino Magic de Neuquén, frente a más de 600 personas. Temas cantados e instrumentales del folclore latinoamericano, europeo, la Nueva Canción chilena y la nota de los ritmos venezolanos fueron parte del repertorio en una noche a pura energía.

El espectáculo, titulado "Esencial" (su último disco), es un testimonio del apasionado trabajo de músicos interesados en recorrer y plasmar la música y poesía del continente americano. Pero también habla de sus preocupaciones sociales, de la necesidad de restrospección. Y se detiene especialmente en homenajear a Violeta Parra, a quien le dedicaron el espectáculo.

En las dos horas de música pasaron muchísimas cosas. Hubo un repaso de los 40 años de la carrera del conjunto, la cadencia de la canción fundacional de los sesenta, pero también las influencias que los nutrió en el periplo europeo. Se destacó además un tema en honor al poeta Víctor Jara, asesinado brutalmente por la dictadura chilena el 16 de setiembre de 1973.

"Cantó por la realidad, cantó por el sufrimiento, cantó porque los amarres se soltaran de la gente, cantó porque la guitarra tiene sentido y razón". Ese es el estribillo de la canción ("Canto de las estrellas") que José Seves

(en voz) dedicó a Víctor Jara contagiando al público de la mística de los setenta.

A Seves lo acompañaron Horacio Salinas (guitarra, voz, triple y dirección musical), Horacio Durán (charango y voz), Jorge Ball (multiinstrumentista), Camilo Salinas (pianista y acordeonista), Fernando Julio (bajo y contrabajo) y Danilo Donoso (percusiones varias).

Hubo también un momento donde las imágenes del altiplano desfilaron con una fuerza arrolladora. "En 1969 visitamos Bolivia y nos impactó la vida de la gente, los ritmos de la quena y el charango", soltó Salinas. Acto seguido, el grupo interpretó una tríada de ritmos andinos ("Alturas", "Ramis" y "Tacacoma") que levantaron sin duda la temperatura del ambiente.

Casi veinte títulos en vivo, la cumbia colombiana, un bolero, el vals peruano, el arrecho venezolano, la música andina, salsa, murga. Todos los ritmos hicieron una fiesta. Hasta hubo una mujer que se animó a bailar la cueca chilena con el simpático Horacio Durán a un costado del escenario.

El cierre, con el público energizado llegó cerca de la una de la madrugada. No quedaron dudas: los entrañables oyentes nostálgicos y también las nuevas camadas se fueron a su casa maravillados con el notable crecimiento de los Inti Illimani. Con su solidez y profundo refinamiento musical.

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