En las últimas 48 horas se conocieron otras dos muertes relacionadas con la ola polar que afecta al país y la región desde hace días. En Centenario, un gendarme de 23 años fue hallado muerto ayer en la vivienda que alquilaba, víctima de la inhalación de monóxido de carbono. Las pericias de los bomberos policiales y los administrativos de enfermería detectaron fallas en uno de los calefactores de la casa, en tanto el médico policial y forense determinaron que el fallecimiento había ocurrido por inhalación de monóxido de carbono. El joven falleció a la medianoche del martes. Con esta ya son 7 las muertes por monóxido en la región en lo que va del año.

Según informó el comisario inspector Desiderio Martín, el alerta fue dado por compañeros del gendarme que, al no presentarse en su trabajo en Planicie Banderita ayer, acudieron a la casa para ver qué había ocurrido.

La víctima vivía con su mujer y una pequeña hija, que se encontraban de viaje en estos días, se informó. La familia alquilaba una vivienda en la calle 11 de septiembre 89 del barrio Sarmiento de esta localidad. La causa quedó en manos del juzgado de instrucción 6 y la fiscalía general y de Coordinación de Neuquén capital.

Morir de frío

Por otro lado, el intenso frío que se registró en los últimos días en Bariloche se cobró una nueva víctima fatal. En este caso el muerto es un changarín que se refugiaba desde hace mucho tiempo en una construcción abandonada o un baldío de la zona céntrica, y no resistió las bajísimas temperaturas de más de 15 grados bajo cero.

La víctima, que encontró la muerte en un baldío de la céntrica calle España fue identificada como José Muñoz, de 61 años, quien solía dormir en ese lugar abrigado con una manta y al calor de una fogata.

Después de varios años sin decesos por hipotermia, esta temporada invernal y sus primeros fríos castigaron de manera especial a las personas indigentes, y con la de Muñoz es la cuarta muerte que se produce por causa del frío, aunque los partes policiales sólo dicen "paro cardiorespiratorio no traumático". Los hombres indigentes o desamparados cuentan con un lugar para buscar refugio, el Hogar Rogelio, de el Ejército de Salvación, pero son muchos los que no concurren allí para no movilizarse hasta el barrio Alto. (AB-ACE)