Con matices marcados, el gobierno de Néstor Kirchner salió ayer a defender a la ministra de Economía, Felisa Miceli, y a la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, respaldó a Miceli, pero desde la oposición denunciaron penalmente a la funcionaria e intentarán hoy avanzar en su interpelación, a raíz de la polémica por el hallazgo de dinero en el baño de su despacho. (Ver aparte)

Desde la cúpula del gobierno nacional, Fernández aseguró ayer que le "basta" y le "sobra" con la explicación que le dio Miceli y dijo estar "seguro" que podrá justificarlo también ante el fiscal de la causa, Guillermo Marijuán.

El funcionario señaló que tanto él como la titular del Palacio de Hacienda llevan "una vida austera" y añadió que "la conocemos a Felisa, sabemos quién es Felisa, sabemos que estaba buscando esa casa y los inconvenientes que tenía para poder llegar a comprarla, incluyendo la ayuda que le pidió a su hermano". Al ser consultado por radio Continental si ponía las manos en el fuego por Miceli, Fernández respondió: "lo que me dijo me basta y sobra. El resto lo tendrá que explicar al fiscal y seguro que lo podrá hacer". "En este caso a nosotros nos parece que lo que Felisa ha explicado es más que suficiente", puntualizó.

En el caso de Picolotti, la defensa de Fernández fue relativa: advirtió que, de comprobarse algo inadecuado en la gestión, se tomarán las "medidas" pertinentes.

Fernández, quien calificó a Picolotti como "una funcionaria honesta" y "de bien", pero admitió que, si hay irregularidades en su gestión, será "el primero en tomar medidas".

Pero desde la oposición ya se puso la mira sobre la funcionaria, como el diputado nacional del ARI Adrián Pérez, quien confirmó que presentará hoy una denuncia penal para que se investigue si la secretaria incurrió en "malversación de bienes públicos o administración fraudulenta".

El jefe del radicalismo, el senador nacional Gerardo Morales, también embistió contra la funcionaria y apuntó que "con Picolotti el gobierno ya tiene su María Julia Alsogaray", en alusión a la controvertida ex funcionaria menemista quien tiene numerosas causas abiertas en su contra.

Fernández, por su parte, reveló que, tras la denuncia mediática, Picolotti le manifestó que "estaba dispuesta a dejar su cargo para no complicar al gobierno", por lo cual le pidió que presente una explicación por escrito, pero "no porque dude de ella sino porque quiero tener exactamente el cuadro de situación", aclaró.

Aseguró, además, que "lo que el diario Clarín publica es una extensa carpeta que anduvo distribuyendo por diferentes lugares un señor que se llama Bruno Carpinetti, que fue un subsecretario de Romina Picolotti a quien en su momento se le pidió la renuncia".

"El (por el funcionario), por despecho, sacó a relucir una serie de cosas que aunque tienen un sesgo de verdad están presentadas con una muy mala intencionalidad", acusó Fernández en declaraciones a Radio Continental. (DyN)