BAHIA BLANCA (Télam).- Una fiscal pidió 25 años de prisión para un joven acusado de descuartizar y quemar en 2004 a su amante adolescente en la parrilla de su casa de la localidad bonaerense de Ingeniero White al considerar que tuvo "impiedad", falta de "escrúpulos" y una actitud "sádica".

La defensa del imputado Pablo Víctor Cuchán solicitó la absolución al argumentar que el hecho que se investiga no fue "ni remotamente" probado.

Cuchán, de 28 años, es sometido a juicio ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Bahía Blanca, integrado por los jueces Miguel Adrover, Hugo Alberto Da Rosa y Mario Burgos, por el homicidio de Luciana Moretti, de 15.

Los jueces escucharon ayer a los últimos dos testigos y luego los alegatos de las partes que comenzaron con los argumentos de la fiscal de juicio, Olga Herro, quien pidió para el imputado la máxima pena que prevé el Código Penal para el "homicidio simple".

Herro sostuvo ante el tribunal que quedó acreditado que la muerte de Moretti "se produjo por haberse ejercido violencia sobre su cuerpo, por corte o por golpe" y entre las pruebas que implican a Cuchán describió que las manchas hemáticas halladas en el fogón del imputado "pertenecen a la víctima".

Al establecer el monto de la pena, la fiscal consideró como agravantes que el acusado se aprovechó de la juventud de Moretti como de la relación de amistad y hasta sentimental que mantenía con la chica. También destacó "la peligrosidad del accionar" de Cuchán, "la impiedad sin antecedentes en el tratamiento del cuerpo" de la víctima, "las actitudes sádicas y carencia de escrúpulos en su posterior manipulación". La querella adhirieron al pedido de la fiscalía al argumentar que con los resultados de la pericia de ADN "quedó sobradamente acreditado que las dos manchas de sangre encontradas en la casa de Cuchán pertenecen a Luciana".

"Un pensamiento lógico y racional nos lleva a concluir que el cuerpo fue desmembrado para su reducción y una muestra más que elocuente es la cantidad de filamentos pilosos del cráneo hallados", remarcó Lozano. De sostenerse la posición del imputado de que se limitó a verter el solvente e incinerar, no podría explicarse, si no es retirado con anterioridad, la cantidad de pelo encontrado.