Lunes 09 de Julio de 2007 Edicion impresa pag. 16 y 17 > Internacionales
Pakistán: máxima tensión en templo sitiado
El ejército derribó paredes, pero fue repelido. Ghazi, líder de la Mezquita Roja, desafía al gobierno.

ISLAMABAD (AP).- Un grupo de terroristas buscados por ataques en Pakistán y otros países es el que está encabezando la fuerte resistencia de una mezquita de islámicos radicales al asedio de las fuerzas del gobierno, dijo el domingo un portavoz oficial.

Irreconciliable continúa siendo la postura de los estudiantes coránicos frente al gobierno en Islamabad.

En la Mezquita Roja, que ayer cumplió su sexto día de ocupación y asedio, tampoco se prevé un final de la guerra de nervios que sostienen ambas partes.

El líder de los fanáticos, Abdul Rashid Ghazi, llamó a una revolución islamista tras su "muerte de mártir" y volvió a subrayar que prefiere perder la vida antes que rendirse.

El presidente Pervez Musharraf envió ayer soldados a la Mezquita Roja de Islamabad, un día después que los partidarios de los clérigos radicales del recinto religioso se enfrentaron con las fuerzas de seguridad que llegaron a contener una campaña para imponer un régimen del estilo Talibán en la capital.

Al menos 24 personas han muerto hasta ahora, entre ellos un comandante de las fuerzas especiales que falleció en un intento nocturno de demoler la muralla que rodea el complejo.

Musharraf prometió el sábado la matanza de los milicianos que permanecen en la mezquita si no se rinden. Una y otra vez, sin embargo, el viceadministrador del complejo vuelve a tomar medidas para evitar esa muerte de mártir

que, según su "testamento" publicado ayer, estaba dispuesto a recibir con felicidad. Ayer, los tiroteos y explosiones que sacudieron a la ciudad durante gran parte de la noche cedieron lugar a una guerra de palabras entre el gobierno y los defensores de la mezquita.

Hasta ahora, la táctica del presidente de dejar sin provisiones a los estudiantes coránicos no podía lograr el éxito definitivo. Un ataque a la Mezquita Roja, sin embargo, podría tener consecuencias terribles: según las autoridades, los fanáticos mantienen numerosos niños y mujeres como escudos humanos.

Mientras llevaba a cabo explosiones controladas en los muros para permitir la huida de civiles, en la noche del sábado al domingo el Ejército sufrió su peor pérdida hasta ahora: un comando fue alcanzado por un disparo de los radicales, y murió poco después por la herida recibida. Un portavoz de la administración de la mezquita dijo que las explosiones provocaron al menos 300 muertos, entre ellos 280 mujeres, aunque el Ejército desmintió la información.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí