Los vínculos de la vida mundana están en plena discusión. Entre ellos se filtran los conflictos personales. Sus víctimas aparecen a diario golpeando las puertas de las instituciones intermedias, cuyos miembros deben resolver rompecabezas y contener a esas personas. El desafío de brindar respuestas individuales y colectivas cautiva, a veces, al desánimo. Para llenar vacíos surgió de un grupo de entidades no gubernamentales la organización en Viedma de las II Jornadas de Logoterapia. El creador de esta corriente fue el austríaco de origen judío Viktor Frankl, quien hizo su aporte a la psiquiatría y a una postura de sobrevivencia luego de pasar por el campo de concentración nazi de Auschwitz.

Esta escuela persigue como objetivo sostener espiritualmente a quienes desarrollan una tarea social voluntaria, sin el riesgo habitual de quebrarse en medio de un instante de carácter aciago.

- La logoterapia plantea conceptos muy bonitos, pero la gente sigue acogotada por la crisis social-económica, falta de oportunidades, pobreza estructural, que les resulta difícil salir adelante.

- Me parece bárbaro...

- ¿Cómo?

- Es más o menos como la belleza de la computadora. No arregla ninguno de esos problemas. Si mezclamos pizza con dulce de leche puede significarnos un gran problema.

- ¿Entonces qué arreglamos con la logoterapia?

- Esta corriente no representa al gobierno nacional de un determinado país, por lo tanto es razonable que me diga que existen todas estas cosas. Da respuestas a las personas en situaciones adversas de nivel psicológico.

- ¿No es para cualquiera?

- No puedo aceptar este parámetro de que la pobreza sigue estando en su pregunta periodística. La pobreza existe, pero no es culpa de la logoterapia. No puedo combinarla...

- ¿Pero ayuda?

- Por supuesto. Pero no a la pobreza. Contribuye a mejorar la visión de la vida del hombre que está asumiendo su pobreza para que entienda su proyecto y salga de ella. No es una política económica, consecuentemente no aportará en este proceso. No hará nada. Existe un viejo chiste sobre una persona que se orinaba encima y fue al psicólogo. Tiempo después un amigo le preguntó: "¿te recuperaste?" "No, me sigo orinando pero ya no me importa". Hay veces que la psicoterapia lo que hace es apoyar a la gente a salir del pozo. Sin embargo, no necesariamente tiene que solucionar los otros problemas, que es el tipo de colchón húmedo en el que está sumergida a veces la gente. La logoterapia, como toda psicoterapia, no puede contribuir a conseguir más laburo, sino a cambiar la actitud para conseguirlo. Estoy convencido de que una persona sana tiene más opciones de hacer cualquier tipo de trabajo; hacerlo con dignidad y valor diferente. Hablamos de psicoterapia del sentido, fundamentada en la esperanza.

- Todo un desafío terapéutico...

- Logos, desde su origen griego de la palabra que utiliza Frankl, habla del sentido y la esperanza. Cuando a una persona le pasa algo y entiende

el sentido desde el cual está operando en su vida, pasa a ser terapéutico. Es una comprensión de su realidad a futuro, sin tanta necesidad de entender épocas anteriores. El pasado generacional es muy arduo para desentrañarlo. En cambio, el presente perfecto y el futuro inmediato son muy fáciles de concebir porque la gente los tiene a la vista. Cuando uno cambia la actitud de ese futuro, cambia las actitudes.

- Pero el presente perfecto para mucha gente que tiene problemas es como que no existiera y el futuro a la vista para algunos resulta oscuro...

- ¿Por qué no es perfecto? Me refiero al presente perfecto verbal. El aquí y ahora es algo sobre lo cual podemos trabajar. En vez de remontarnos en la historia, construimos un presente de una manera diferente y proyectamos un futuro. La búsqueda del sentido es una proyección a futuro del sentido de la vida de la persona que está en esa situación.

- ¿Cómo se hace para convencer del cambio a una persona que llega a

una institución en busca de apoyo, cuando el marido le pega, que le toca "parar" la olla y encima quien lo atiende debe absorber la carga negativa?

- Debemos preguntarnos primero si tiene que pasar todo esto o no. Hay que curar desde la visión de la realidad. Hay una obra de teatro que se llama Pietra Regalada que el protagonista dice: "Qué normal se ve lo terrible cuando se lo tiene a diario".

- Es duro.

- Claro. Esto nos puede llegar a pasar con la suegra (risas), por ejemplo. No es mi caso, a quien amé y lloré lo suficientemente.

- ¿Qué relación tiene lo que estamos hablando con la figura de la suegra?

- La figura es más un cuco que otra cosa. Cuando una persona traspuso los umbrales del desasosiego y los tiene que asumir como tales, el primer condicionante que tenemos que hacer desde un espacio de salud es ver dónde está usted parado para tener que asumir esto. Debemos preguntarnos por qué lo tiene que asumir. El otro interrogante es por qué quiere asumir (el desasosiego) y qué piensa conseguir con esto de asumir. Me pueden responder: "Tengo que aguan-tar... tengo que aguantar...". Bueno, una terapia para aguantar es muy lamentable. En realidad es un encuentro humano de dos personas. Frankl diría que es una ecuación con dos incógnitas. Un encuentro terapéutico de dos protagonistas que interactúan en ese modelo de búsqueda. Insisto en que primero habría que preguntar si esto lo tiene que pasar y padecer de esta manera o lo podría vivir de otra; cuál es su enfoque, su visión, cómo mira esa realidad.

- Hay que transformar la realidad...

- La mejor forma para hacerlo es no aceptar que tiene que ser así. Entonces, ¿qué puede hacer un logoterapeuta? Puede preguntarle al agobiado ¿cómo le va?, que cuente de sus partes buenas. Le puede decir que hasta ahora a usted lo vi caminando solo, entonces estamos un poco mejor. ¿Lo trajeron en silla de ruedas; tuvo alguien que lo trasladó o vino solo en silla?; lo cual tiene fuerzas... Esa razón es la que debemos plantear.

- Usted fue vendedor ambulante. Y a los recursos humanos intermedios, referentes de entidades sociales de contención, ¿qué les vende?, ¿cómo trabaja con ellos en su desgaste profesional?

- Trabajo el criterio del rol profesional sobre una cuestión particular, que está dada en la figura de definir bien qué es la armonía. Cómo está uno bien consigo, cuál es el lugar para estar bien, cómo se hace para estar bien cada vez que hay función en el medio. Esta función profesional hay que absorberla desde un lugar suficientemente distanciado para poder manejar las adversidades del rol que se tiene y para no quedar electrocutado con la realidad.

- Si alguien no está bien, ¿no puede trabajar desde el punto de vista social?

- Si no está bien, lo hace como la mayoría de la gente. Disconforme con sus salarios, realiza una repetición funcional pero no hace el trabajo, desde (aportar) una idea... la creación.

- Es autómata.

- Peyorativamente lo podríamos definir de esa manera, cumple un horario, establece un ritual, pero a costo de un espacio de no realización. No digo que se esté destruyendo, pero no se está realizando. La suma de no realización, al mirar la historia, da una vida de fracaso personal. Esto es muy terrible cuando nos encontramos con personas de 40 ó 50 años con fracaso histórico. Y mucho más triste cuando te enfrentás a un chico de 30 años que te pregunta no sé para qué estoy en la vida. ¡Upa! La única forma es generar la vida ideal, y la vida ideal, una de las grandes problemáticas, terminan siendo las adicciones. Frankl suele mencionar la tríada trágica. Habla del concepto de depresión, agresión y adicción.

- Un cóctel terrible.

- Tres elementos hacen que las personas que a partir de una depresión ya no se "bancan" en sí mismos y lo traducen en agresión. Cuando no les alcanza, necesitan crear un mundo diferente que es la salida de la adicción en cualquiera de los modelos que tiene. Cuando vemos en las canchas de fútbol este problema, no sólo es un problema de agresión, sino de angustia existencial.

La guerra de los sexos

Junto a su formación como logoterapeuta, se consolidó como master en programación neurolingüística. Tiene 61 años, cinco hijos y reside en Buenos Aires. Es consultor en Desarrollo Humano desde hace 15 años y lo respaldan más de 35 años en la observación y conducción de dinámicas grupales.

Llegó a Viedma invitado por la Fundación Creando Futuro destinada a abordar la problemática de adolescentes y adultos y la Legislatura de Río Negro. Paralelamente al seminario dictado y dirigido a instituciones judiciales, salud, Defensoría del Pueblo y asistentes sociales, ofreció un taller de género desde una particular y tragicómica mirada: "Qué les pasa a los hombres".

"Las mujeres apunta dicen que hombres no hay. Fundamentalmente las chicas de 35 años dicen no encontrarlos. Sólo ven a separados de 40 y los de 30 no saben dónde están, es lo que dicen".

- La actriz Gabriela Acher escribió un libro alertando sobre que la guerra de los sexos ¡va a terminar con todos!

- Y es así. Después de la discusión, alguien al día siguiente se enamora del que no debe (risas). Entonces, la gente se enamora de lo que no conoce y se separa de lo que lamentablemente termina conociendo.

- Al final, ¿es cosa de mujeres o de hombres?

- De los dos. Por eso lo que vemos en estos talleres es cuál es la tolerancia que hay que tener en la comprensión, la integridad y qué ventajoso les sería a ambos darse a conocer más para no tener los problemas que tienen después cuando se terminan conociendo. Lo habitual es que se conocen, se gustan, tienen sexo, se enamoran, se juntan y terminan de conocerse después. Si hubiera transparencia antes de este proceso de formar parejas huirían cobardemente las mujeres de semejantes hombres que no sirven para nada. Y a la recíproca, los hombres de las mujeres que creen que sirven para todo. Si lo hacen antes, todos terminarían enteros. No ensalzo la cobardía, recomiendo que se den a conocer y, si son transparentes, las personas ganarán aceptándose desde lo profundo.

ENRIQUE CAMINO

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