BUENOS AIRES (Télam).- Un hombre fue asesinado a golpes en la cabeza y su esposa estrangulada con una cadena en el interior de su casaquinta de una isla del delta del Paraná, en el partido bonaerense de Tigre, informaron ayer fuentes policiales.

Las sospechas de los investigadores apuntan a que los asesinos mataron a la pareja para apoderarse del dinero que aparentemente habían obtenido de una operación inmobiliaria reciente. Por el doble crimen ya hay tres sospechosos individualizados que conocían al matrimonio brutalmente asesinado y tenían la información sobre la probable existencia de esa plata.

Fuentes policiales informaron que las víctimas son Abel Martínez, de 44 años, y su esposa Virginia Moyano Bisiurna, uruguaya, de 54, que trabajaban de caseros en una quinta ubicada en una isla del delta del Paraná, a unos 2.000 metros del río, a la altura del partido bonaerense de Tigre.

Todo se inició la tarde del viernes pasado cuando un conocido de las víctimas vio la pequeña lancha azul que utilizaba la pareja para movilizarse detenida en un muelle público del continente y le llamó la atención que no estaba ocupada por sus dueños.

Ante esa situación, el hombre llevó la lancha a una guardería para evitar que se la robaran y luego se dirigió a la subcomisaría Islas Río Capitán donde denunció el hallazgo de la embarcación abandonada y que no veía la pareja desde hacía varios días. "El denunciante señaló que la última vez que habían visto con vida al matrimonio fue el 28 de junio pasado", explicó un vocero de la investigación.

En las primeras horas del sábado, los efectivos policiales fueron hasta la casaquinta del matrimonio, a la que sólo se accede luego de un viaje de unos 50 minutos en lancha, y como la pareja no respondía a sus llamados, decidieron ingresar al lugar.

Según las fuentes, una vez dentro de la casa, los policías encontraron primero a Martínez tirado en el piso, muerto de varios y violentos golpes en la cabeza aparentemente producidos con un machete, palo u otro elemento contundente.

"El hombre tenía lesiones en el rostro y un traumatismo de cráneo tan fuerte que el hueso de la cabeza estaba prácticamente pulverizado", señaló el pesquisa consultado.

Cerca del cadáver del jornalero, yacía el de la esposa, que tenía una cadena cerrada con candado alrededor de su cuello con la que había sido estrangulada. "Además de la cadena, la mujer tenía una herida cortante en el cuello producida con un cuchillo", precisó el informante.