Domingo 24 de Junio de 2007 Edicion impresa pag. 36 > Sociedad
Transformaron la celda en un estudio de grabación de música

VIEDMA (AV).- La música, como el arte en general, surge hasta en los contextos más adversos. Quizá sean éstas situaciones, la que constituyen un aliciente especial que obliga al hombre a buscar y explorar nuevas posibilidades. Este es el caso del grupo musical Nose Dice, que está integrado por internos del establecimiento penal Nº 1 y que, recientemente, acaban de grabar un CD con material compuesto y desarrollado por si mismos.

Entre marzo y mayo esos internos concluyeron una grabación musical.

La iniciativa de este grupo que se ha conformado dentro del penal, surge de la experiencia realizada en el 2006 en el contexto del área de educación, en el desarrollo de un taller de música y guitarra que se implementó durante ese año. Se hicieron varias experiencias y participaron unos 30 internos. De aquí surgieron varios proyectos, entre los cuales, este grupo autodenominado Nose Dice planteó la posibilidad de dejar un registro de su producción musical.

Desde el área de educación se les brindó asistencia técnica y acompañamiento durante el proceso, para que pudieran rescatar toda la producción originada por ellos mismos, aprovechando las herramientas y las técnicas musicales que manejan.

Nose Dice está conformado por Alfredo Navarrete (guitarra, voz y composiciones), Leonardo Calvo (guitarra, voz y composiciones), Pablo Antilaf (guitarra y arreglos musicales) y Cristian Valenzuela (percusión). La propuesta dinámica del grupo plantea que los arreglos musicales salen de todo el conjunto en su totalidad.

El guitarrista expresa que las letras se relacionan con "historias cotidianas, mayormente de parejas" y "tienen que ver con los sentimental".

La musicalidad se construye en los espacios de práctica que tienen y las acotaciones que les van haciendo los docentes de música. Ellos tocan íntegramente temas propios, dentro de lo que sería el género de música popular y melódica. En la grabación del CD participó todo el área de educación del penal, pero fundamentalmente, los técnicos Adrián Farfal, Federico Guidi e Iván Pavletich.

La producción requirió la instalación de un mini estudio y la conformación de un espacio de grabación en una oficina dentro del penal.

La experiencia de grabar era completamente nueva y, como parte de este registro, también se filmó en video la sesión.

De los diez temas que se grabaron, se rescataron siete, que conformarían lo que ellos llaman el trabajo de "arranque".

En cuanto a los planes inmediatos, los músicos tienen la intención de registrar sus composiciones en SADAIC. En segundo lugar, el objetivo es poder mostrar que pese a las dificultades que presenta la cotidianidad de un penal se pueden crear, se puede trabajar y mejorar. También proyectar un futuro.

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