Miércoles 20 de Junio de 2007 Edicion impresa pag. 39 > Deportes
ANALISIS: "Nada es imposible"

POR EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES

Cuando Boca juegue esta noche la final de la Copa Libertadores ante Gremio, en Brasil, habrá muchos pensando que ese resultado podrá decidir votos para el ballottage del domingo próximo en la Ciudad de Buenos Aires. Tal vez no sea así, pero lo que sí es seguro es que el fútbol, el deporte todo, tuvieron presencia fuerte durante la campaña.

Está claro el trampolín que significaron para Macri los éxitos de Boca. Y esto mucho más allá de los balances del club poco conocidos y llenos de puntos oscuros, tapados por copas nacionales e internacionales y por una prensa siempre generosa a la hora de resaltar logros y avara cuando hubo que informar problemas, como el terrible maltrato sufrido el miércoles pasado por los hinchas de Gremio en su viaje a la Bombonera.

Al día de hoy, ya tan cerca del domingo, resulta curioso que no hayan aparecido aún los famosos "carpetazos" que se anunciaron sobre supuestos negocios oscuros de Macri en la compra y venta de jugadores. ¿Cambio de estrategia en la campaña?

Boca fortaleció su presencia en la campaña por la presencia del vice de Daniel Filmus, Carlos Héller, quien fue vicepresidente del club xeneixe hasta 1995, cuando justamente Macri le ganó en elecciones para iniciar su gestión en el club de la Ribera.

Pero no es todo. Filmus fue siempre hincha de San Lorenzo, pero lo fue más que nunca en estas semanas de campaña y de San Lorenzo campeón.

El ahora exitoso entrenador Ramón Díaz, objeto de burlas cuando dirigía a

River Plate por su lenguaje casi mudo, se convirtió en inesperada "vedette" de la campaña.

Primero lo utilizó Macri, que lo llevó hasta zonas de emergencia promocionando su campaña, argumentando el pago de apuestas antes de un clásico.

Pero Díaz dio una vuelta carnero y cambió su voto de Macri a Filmus, con visita incluida a la Casa de Gobierno. Lo más curioso fue el argumento del cambio: "voy a votar a Filmus porque es de San Lorenzo".

¿No suena todo demasiado pueril? Puede ser. Pero es bueno recordar que así inició hace años su carrera política Daniel Scioli, hablando de su "garra" a bordo de La Gran Argentina, la lancha que le procuró triunfos internacionales en una competencia limitada a millonarios con vocación de riesgo.

Scioli, se sabe, podrá ser figura en las elecciones nacionales de octubre, como candidato principal a ganar en la provincia de Buenos Aires. ¿Suena imposible pensar entonces en una puja Macri-Scioli para las elecciones siguientes del 2011? Sería una puja entre dos candidatos que ganaron fama a través del deporte.

Un slogan deportivo pobló en estos días las calles de Buenos Aires. "Nada es imposible", dicen los carteles con el rostro sonriente de Filmus, como indicando que se puede revertir la fuerte tendencia a favor de Macri. "Nada es imposible" (o "Nothing is impossible", en inglés) se recuerda, fue el slogan que utilizó Adidas en una de sus últimas grandes campañas publicitarias. Y, a la vista de lo que está ocurriendo en el fútbol y en la política, el slogan de las tres tiras tal vez esté en lo cierto: "Nada es imposible".

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