SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El apartamiento de Raúl Ferrari de la subsecretaría municipal de Planeamiento aplacó sólo en parte la ola de críticas del Soyem, que ayer reclamó una rápida revisión de las contrataciones irregulares decididas por el ex funcionario.

La secretaria general del gremio, Graciela Bedini, y su adjunta, Virginia Goncevatt, dijeron que son alrededor de una decena los profesionales contratados "por honorarios" y al margen de lo previsto en el Estatuto.

Explicaron que al no tener "inhibición de título" esos contratados pueden seguir trabajando con sus clientes privados y presentar al municipio proyectos sobre distintas obras, "de modo que son juez y parte".

Bedini citó como ejemplo "el caso del licenciado Romero", quien además de revistar en el equipo de Planeamiento municipal habría sido autor del estudio de impacto ambiental del polémico club de campo El Redil, por el cual Ferrari se enfrentó con vecinos, grupos ambientalistas e incluso varios concejales.

La subsecretaría de Planeamiento quedó desde ayer a cargo del secretario municipal de Obras Públicas, Juan Carlos Alvarez. El intendente Alberto Icare ya inició contactos para reemplazar al funcionario saliente y trascendió que la responsabilidad podría recaer en una mujer.

Alvarez dijo que el camino seguido por Ferrari para la incorporación de personal "no fue la que correspondía" y que están trabajando para "ordenar" el área. El gremio ya había formulado cuestionamientos el año pasado, cuando fueron contratados siete profesionales para desarrollar un proyecto de modernización de la calle Mitre, pero no encontró respuestas.

Por otra parte, reconoció que "las cosas no fueron corregidas a tiempo" y que el conflicto final fue el viaje de Ferrari a España con gastos pagados por una empresa con intereses inmobiliarios en el cerro Catedral.

Según el responsable provisorio de Planeamiento, su decisión es elaborar cuanto antes "el organigrama de personal" para esa área, que estaría listo antes del viernes. Este instrumento permitiría redefinir los contratos y convocar a los concursos correspondientes, como prometió Icare.