Domingo 17 de Junio de 2007 Edicion impresa pag. 40 > Sociedad
Ayudan a familias carenciadas a pasar el invierno
Son chicos de quinto año que juntan vestimenta y útiles. También armaron un ropero comunitario.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Estudiantes de 5to. año del Colegio Don Bosco completaron una importante colecta de ropa que fue distribuida entre las familias más carenciadas de El Frutillar y engrosó el ropero comunitario de ese barrio.

Los jóvenes, que el año pasado realizaron similar tarea en tres escuelas de la Línea Sur, trabajaron durante varias semanas en la obtención de prendas de abrigo y calzado para "ayudar a las familias más necesitadas a pasar el invierno".

La iniciativa fue propuesta por una profesora y seis alumnas tomaron el guante. Leny Von Linden y Daniela Tauro relataron a "Río Negro" que "juntamos una cantidad importante de abrigos y prendas específicas que nos indicaron entre los conocidos, familiares y dentro del colegio".

El entusiasmo puesto por las jóvenes les permitió apurar la colecta y asistir a muchas familias antes del último temporal que impuso rigurosas temperaturas en la región y cubrió de nieve los barrios altos. Muchas prendas quedaron en el ropero comunitario, donde concurre gente de ese y otros barrios en busca de ropa para repararse del frío.

A la par de esta tarea otro grupo de estudiantes continúa trabajando en la asistencia escolar a los alumnos de la escuela primaria 154 de El Frutillar, que se realiza cada sábado sin importar la condición climática imperante.

David Paredes y Alejandro Barriga explicaron que "muchos chicos de ese establecimiento necesitan ayuda para hacer sus tareas y como nosotros somos mayores les hacemos de apoyo con nuestros conocimientos. También les conseguimos revistas o materiales para que puedan completar sus trabajos".

El grupo de apoyo escolar reunió una significativa cantidad de útiles escolares y materiales que son de difícil acceso para los niños de esa escuela. La tarea requiere una dedicación especial tanto para los asistentes como para los niños asistidos ya que deben levantarse temprano cada sábado para dedicar la mañana al estudio. "Lo único que hay que tener es ganas" explicó Paredes.

El aliento que da la institución se ve superado por la voluntad de los jóvenes que emprenden cada proyecto solidario como una cruzada propia y logran un acercamiento a un mundo que les es ajeno.

Este contacto con una realidad completamente distinta se traduce para los alumnos solidarios en un aprendizaje esencial para la vida. "La experiencia nos permitió conocer otras necesidades y valorar mucho más lo que tenemos. Nuestra necesidad pasa por conseguir plata para salir el fin de semana y la de ellos por ver como hacen para llegar a la escuela, porque viven a varios kilómetros y hacen un gran esfuerzo para estudiar" comentó Exequiel, otro de los jóvenes que participó de la campaña a la Linea Sur 2006.

El año pasado los alumnos del Don Bosco llevaron ropa, útiles y víveres a las escuelas de Villa Lanquín, Pilquiniyeu del Limay y Cañadón Chileno, donde compartieron varias jornadas con sus pares rurales realizando juegos, funciones de títeres, manualidades y otras actividades.

"Cuando te preparás para ir solo pensás en que vas a perder días de descanso pero cuando llegas allá y te das cuenta de que los chicos nos estuvieron esperando todo el año eso cambia todo, además nos tratan con tanto cariño que vale la pena el esfuerzo" dijo Barriga.

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