Fue nuevamente la figura de este Quilmes que ayer se despidió de Primera División. Ese jugador distinto que es el roquense Pablo Batalla, lamentó el descenso de su equipo "que trató de jugar lo más dignamente posible, más aún cuando ya sabíamos que no íbamos a poder mantener la categoría". Ayer, Batalla volvió a ser lo más potable de un equipo que ya casi estaba condenado antes de que comience el Clausura. El vínculo de Batalla con el "cervecero" terminó con este torneo. Ahora el roquense deberá retornar a Vélez, dueño de su pase, y lo más probable es que la entidad de Liniers lo vuelva a ceder a otro club y no descarta que sea alguno del exterior