Cuando parecía que Quilmes se despedía de Primera con una victoria ante el nuevo campeón, dos desafortunadas acciones del arquero Luciano Palos le permitieron a San Lorenzo derrotar a los "cerveceros" por 2 a 1.

Si bien la conquista del título anticipada le quitaba presión al "Santo", sorprendió en algo la postura del equipo de Ramón Díaz, porque en los primeros cuarenta y cinco minutos su actitud fue sumamente pasiva.

Entonces, el ya descendido Quilmes, decidió despedirse de la categoría de la mejor manera y se puso la pilcha de principal protagonista. Y la apuesta le salió bien porque de a poco encerró a San Lorenzo contra su campo.

Quilmes encontró claridad con las subidas de Alvaro Pereira por izquierda y el manejo que le dio en el medio Esteban García. Pero la diferencia para el "cervecero" la hacía el roquense Pablo Batalla, autor del primer gol del partido. El "10" recibió un pase de Luna por la izquierda, y sacó un remate cruzado que terminó su recorrido dentro del arco de Orión.

Nada cambió en el complemento: Quilmes continuó haciendo el gasto, y el campeón seguía a la espera. Pero claro, en estos 45 minutos hizo su aparición Palos y la historia se dio vuelta.

El empate llegó con el primer error del arquero. A los 17 minutos, Osmar Ferreyra ejecutó de zurda un tiro libre fuera del área grande. La pelota llevaba dirección pero no potencia, y Palos, que reaccionó tarde, dejó que el balón se le escurriese entre las manos.

Con la igualdad, el panorama no cambió demasiado, porque las ganas de Quilmes siguieron, y la parsimonia de San Lorenzo, también. Y en eso volvió a aparecer Palos.

Sobre los 40'desde el campo de San Lorenzo salió un pase profundo. La pelota era de Palos, pero el arquero creyendo que el asistente había cobrado offside de Silvera (una posición adelantada que existió) se desentendió de la acción, y le dejó el balón al delantero, quien remató con el arco libre para poner el 2-1.

Ya no había tiempo para hazañas. Quilmes se despidió con una derrota, y San Lorenzo estrenó el título con un triunfo que no mereció.