La Liga española más loca de los últimos años espera desenlace en una última jornada. Pase lo que pase, se hablará de un campeón agónico, de una temporada tan extraña como apasionante. El Real Madrid tiene su consagración al alcance de la mano después de cuatro años y juega delante de su hinchada ante el Mallorca. Quién lo iba a decir hace 4 meses, cuando se anunciaba el despido de Fabio Capello. De pronto, sumó 28 de los últimos 33 puntos en juego.

El Barcelona está igualado a puntos con el Real Madrid, aunque pierde el 'goal-average' particular, por lo que necesita un tropiezo de los blancos y un triunfo ante el Gimnastic. Es complicadísimo, pero cosas más raras ha celebrado la afición azulgrana. El conjunto de Frank Rijkaard también vivió una temporada muy rara: ha sido el mejor equipo como local -es el único invicto-, pero ha tirado casi todas sus opciones en el Camp Nou.

El Sevilla ha sido el equipo más regular. Sin embargo, le ha faltado consistencia en las jornadas finales, por lo que se descolgó ligeramente de la pelea. Está a dos puntos del Real Madrid y del Barcelona, juega ante el Villarreal y su hinchada piensa: "¿Por qué en una Liga tan loca al final el Sevilla no puede ganar?" Quién sabe.