BUSCAR       RIO NEGRO    WEB     
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
 
Domingo 17 de Junio de 2007
 
Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
LA PEÑA: Recuerdos de dos ruedas

Dicen que las afeitadoras y las bicis son los regalos que más reciben los padres en su día. Cuántos padres de hoy fuimos protagonistas de pequeñas grandes historias en dos ruedas, historias que tal vez parezcan insignificantes, pero que en la intimidad son enormes.

Y justamente por ser las bicicletas las preferidas por grandes y chicos, viene bien contar algunos pequeños recuerdos, que no forman parte precisamente de la historia de este medio de movilidad, sino que en todo caso incluyen los primeros golpes, los adornos que ya ni se ven por las calles, o los asientos de cuero grueso con resortes que tenían las bicis de los señores mayores.

Y cuando uno habla de tradiciones también la incluye, porque la bici también es tradicional como medio de transporte y como juego

Y si de bici hablamos, recuerdo aquellas que tenían cubiertas banda blanca marca "Rutera" o "Llavetex LX", por entonces un poco más caras que las negras, asientos de cuero grueso, buenos resortes para una buena amortiguación y prácticamente indestructibles. Era más fácil que se muriera su dueño a que se rompiera el asiento.

Las bicis venían con manubrios "palomita" o de media carrera, aunque nunca entendí eso de media carrera, como si sólo sirvieran para correr la mitad de una carrera. La llantas eran un poco más anchas que las actuales, pero estaban las alternativas de los tubos para los corredores y los semitubos para los que querían parecerse a ellos. El semitubo era la cubierta finita que llevaba cámara también finita, pero que no servía para los caminos de tierra. Por eso es que existían las ruedas anchas, porque en otros tiempos los caminos eran en su mayoría de tierra.

Para el manubrio venían las manoplas de los colores más variados. Y como si todo eso fuera poco, venían los espejos para el manubrio, tan inservibles que uno se preguntaba para qué. Los cubre cadena también venían cromados o de colores y los cuadros de las bicis pintados a fuego, con una pintura metalizada que pasaba por el horno para que se secara y fuera duradera.

Para las bicis más distinguidas estaban los filetes, había fileteadores que hacían maravillas en el cuadro, dibujos que tenían que ver más que nada con figuras geométricas, pero que le daban un toque especial a quien condujera esa bici. Los portaequipajes permitían en la mayoría de las oportunidades saber si esa bicicleta se usaba para trabajar o era sólo una cuestión de paseo. Algunos, ponían además del portaequipaje, un canasto de hierro, de esos que se usaban para los sifones y convertían a la bici en un muy buen vehículo para transporte menor.

Muchas de esas marcas, de varias décadas atrás, todavía existen. Recuerdo por ejemplo a Indarciclo, cuyo logo iba de menor a mayor y terminaba la "o" de Indarciclo con una rueda de bici con rayos. Más abajo decía "Industria Argentina del Ciclo". La famosa bici mini era una Fiorenza, que también más tarde sacó una con amortiguadores o los asientos tipo banana, con respaldo alto que permitían circular tirado hacia atrás, como si lo hicieran en un asiento de auto. Un sitio de privilegio ocupaba la interminable Legnano. Para correr, en ese tiempo estaban entre las mejores las famosas Hispano France, o las Zeus.

Seguramente me olvido de muchas, de varias marcas que todavía existen, pero forman parte de los afectos. Parece algo superficial, pero uno terminaba encariñándose, porque era la compañera diaria de viajes imaginarios, de travesuras, de viajes a los sueños que en realidad no se podían alcanzar.

Las bicis forman parte de los afectos, de la historia de cada uno de nosotros.

 

JORGE VERGARA

jvergara@rionegro.com.ar

 
haga su comentario
 
 
 
BUSCADOR
Google
Web Río Negro
Documento sin título
 
 
Debates
¿Madres ante todo?
 
 
Eh
Barro puro
 
 
Económico
Los salarios provinciales
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006