ALLEN (AR).- El hospital allense "Ernesto Accame" rechazó el pedido de traslado de un paciente mental alojado en el hospital de Bariloche desde hace 25 años, dispuesto por la Justicia. No porque esto vaya a contramano de la legislación vigente, la polémica ley provincial de Salud Mental 2.440, sino porque no existe -literalmente- ni capacidad física ni médica suficiente para asegurar su atención. Los argumentos en este sentido sobran, se resumió.

En la actualidad existen diez pacientes internados crónicos, que "viven" en las cuatro habitaciones del servicio de Salud Mental -en la mayoría de los casos desde hace más de 20 años, que además comparten con otro enfermo agudo. Si bien el esfuerzo de los trabajadores y los profesionales para brindar la mejor atención es constante, las condiciones no son las ideales y la capacidad de atención es escasa. Cuentan sólo con un psiquiatra, que viaja desde Villa Regina, una vez por semana.

Pero también hay que tener en cuenta que además de los enfermos crónicos se

atienden también desde este sector más de 36 casos ambulatorios -que deben ser visitados en sus domicilios-.

"Sinceramente nuestra situación es como la del resto. La capacidad de todos los hospitales está al límite. Más allá de la medicación y la atención, acá tenemos diez pacientes crónicos, que son pacientes psicóticos y no pueden ser contenidos en sus hogares. Salud le provee la alimentación, la vestimenta, todo, viven acá", explicó ayer a "Río Negro" la jefa del Servicio de Salud Mental, Gabriela Polzinetti.

Al menos ocho de los casos crónicos que están internados en el "Accame" son los que quedaron como una particular herencia del viejo hospital neuropsiquiátrico que supo atender en Allen a pacientes de toda la provincia.

Este centro fue cerrado durante los primeros años de la década del '90 cuando fue aprobada la ley 2.440, conocida como de "desmanicomialización" que prohibió la existencia de sitios de encierro que aíslen aún más a los enfermos.

Esta misma ley estableció en cambio la creación de espacios adecuados para el tratamiento de pacientes mentales, aunque esos dispositivos aún hoy no fueron implementados en su totalidad por Salud Pública.

A falta de esos lugares para internar a los enfermos