CENTENARIO (ACE).- La obrera textil María Inés Cabrera logró que la Justicia ordenara su regreso a la fábrica, de donde fue despedida hace tres años por pedir que la firma le pagase el aumento de los decretos presidenciales.

"Ahora la empresa no se puede negar a que vuelva a entrar. Le guste o no mi presencia, deberá aceptarme", dijo ayer María Inés sin ocultar una gran expectativa por el regreso a las máquinas.

El fallo del Tribunal Superior de Justicia llegó luego de que en primera y segunda instancia se ordenara su reincorporación.

Cabrera fue patrocinada por Leopoldo Denaday, del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceproch) quien ya el año pasado había adelantado que el fallo emitido por la cámara de apelaciones, sentó precedentes en cuanto a la reincorporación de trabajadores por persecución sindical.

Denaday explicó que la firma Pastora Neuquén SA insistió en la negativa, pero ahora el máximo tribunal de justicia de la provincia rechazó el recurso extraordinario que había presentado la firma y por ello no quedó otra vía que la confirmación de las dos instancias anteriores que le fueron favorables.

Cabrera fue despedida el 30 de marzo de 2004 por plantear que la empresa debía pagarles el aumento fijado por decreto del presidente Néstor Kirchner para el sector privado.

El resto de sus compañeros esperaba las gestiones de la mujer para percibir el aumento cuando la obrera textil fue despedida sin causa. Pastora SA la cesanteó y le depositó una indemnización correspondiente a los 10 años de servicios; sin embargo, Cabrera optó por rechazar el dinero e iniciar una pelea judicial por el regreso al trabajo.

En el fallo de la Cámara de Apelaciones que ordenó la reincorporación de la trabajadora, los jueces Lorenzo Waldemar García y Enrique Videla Sánchez consideraron "corroborado" que la trabajadora textil tenía "una actividad contestataria en representación informal de sus compañeros de trabajo".

"En estos tres años nunca se me cruzó por la cabeza decir: hasta acá llegué. La Justicia me dio la razón dos veces y yo decía que debía ser cosa de tiempo; además es la única manera de decirles a mis hijos que tenemos derecho a reclamar por lo que es justo y que ellos sepan que no les pueden pasar por encima", dijo la mujer. Cabrera es maquinista y deberá volver a la fábrica con la antigüedad que tenía al momento del despido, además de cobrar los sueldos adeudados desde que dejó la fábrica.

Dos veces intentó regresar a la textil tras los fallos favorables de la Justicia, pero el personal de guardia la retuvo en los portones de la empresa sin que pudiera efectivizar el regreso.

"La Justicia fue lenta para garantizar sus derechos porque ella debió ser reincorporada cuando salió la primera sentencia a favor y mientras la empresa continuaba apelando. Por una cuestión técnica y por arbitrariedad judicial, no se cumplió el artículo 498 del Código de Procedimiento", dijo Denaday. Cabrera protestó porque la Justicia "es rápida para atacar a los trabajadores, y cuando debía cumplirse mi reincorporación, fue extremadamente lenta".