ZAPALA (AZ).- La justicia correccional de esta ciudad absolvió ayer a dos empleados municipales que prestaban servicios en el cementerio y estaban acusados de encubrimiento agravado en la causa por la desaparición de un féretro.

Jorge Retamal y Francisco Puel, cuya defensa estuvo a cargo de la doctora Karina Martínez Stagnaro, quedaron despegados del caso ya que el juez Hugo Saccoccia sostuvo que "no se pudo acreditar que se haya cometido un delito con el féretro conteniendo los restos de María Angélica Díaz de Carro y la actividad desplegada por los encartados no puede considerarse como hechos positivos de encubrimiento en los términos del artículo 277".

El fiscal Marcelo Jofré había solicitado dos años en suspenso para cada uno de los imputados mientras que la querella había pedido cuatro para Retamal y dos para Puel, ambos de cumplimiento efectivo.

El caso tuvo lugar en noviembre de 2003 cuando el ataúd fue ubicado en un depósito pero luego desapareció sin que nadie pudiera dar una explicación.

En el fallo ventilado ayer en el fuero correccional, el juez hizo hincapié en un análisis de la defensora Martínez Stagnaro quien había señalado que al encontrarse el cuerpo en el depósito y no realizarse el trámite en el término de 30 días, como lo establece la ordenanza, pudo haber sido llevado a una fosa común.

"En tal sentido interpreto que pudo ser decisiva la desinteligencia producida entre lo que la Cooperativa, como prestadora del servicio social, iba a realizar y lo que la familia Carro creyó que realizaría" , sostuvo Saccoccia.