NEUQUEN (AN).- "Sergio desapareció hace cuatro años, que no desaparezca de nuestra memoria".

El pedido lo hizo Mercedes Avalos, la hermana del estudiante universitario y tal vez la cara y la voz del reclamo que ayer se tradujo en una marcha que sumó a más de 700 personas que partieron de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) y tras una amplia recorrida terminaron en las puertas de la Casa de Gobierno.

"Acá, detrás de todo, está el poder. Los que hicieron desaparecer a Sergio es gente que está en el poder o que tiene la protección de gente con poder", afirmó Zulma Porma, una mujer de Picún Leufú que se vino con toda la familia para acompañar a Asunción Avalos, el padre del chico que vivía en la residencia universitaria.

Sergio Avalos estaba en primer año de Economía y era un buen alumno. Una noche, hace cuatro años, fue a bailar a boliche "El Fuerte" o "Las Palmas" y nunca más se volvió a saber de él.

La manifestación desafió al frío y a la humedad que ayer, entrada la noche, calaron los huesos. Y hubo una clara separación dentro de la misma columna: por una lado estudiantes y militantes casi todos de Neuquén y por el otro familiares, vecinos y docentes de Picún Leufú. Ambos grupos convivieron perfectamente, salvo al momento en que los estudiantes hicieron un escrache en la casa de la ex rectora de la UNC y flamante vicegobernadora Ana Pechen, en Antártida Argentina 285, donde escribieron "Asesina" y le arrojaron bolsas con basura. Allí, vecinos de Picún Leufú le plantearon a Mercedes salir de la manifestación pues no estaban de acuerdo.

"Siendo rectora lo único que hizo fue juntar votos para el Movimiento Popular Neuquino y ahora nos sonríe desde los carteles que vemos en la calle", expresó Paola Panizza, dirigente de la agrupación HIJOS y una de las oradoras que hubo en las puertas de la Casa de Gobierno. Al gobernador Jorge Sobisch le recordaron la desaparición de Avalos, la muerte de la docente Silvia Roggetti y el asesinato de Carlos Fuentealba.

Asunción Avalos dijo que el momento del aniversario es "doloroso" aunque para él "la causa está activada, porque se sigue trabajando". El hombre cree que su hijo está en algún lugar y no pierde la esperanza. Ayer, parado en la plaza Roca, le contó a este diario que hace unos meses tuvo una llamada por demás curiosa en la que le hablaban de un secuestro de un familiar. Tardó apenas unos segundos en reaccionar: se trató de un intento de secuestro virtual.

"Hablaron de que llevemos 200 tarjetas de celular o algo así, yo creo que en todo Picún deben venderse 20 tarjetas por mes. Era eso, un intento de secuestro virtual, lo que me pregunto es cómo tuvieron mi teléfono que ni siquiera figura en la guía de teléfonos".

Más allá de las pintadas en la casa de Pechen, en dependencias judiciales y en Casa de Gobierno, no hubo incidentes y tampoco policías, salvo ordenando el tránsito y desde lejos. Durante la caminata, los ceramistas de Zanon entregaron un mosaico con el rostro de Sergio y una leyenda que reclama su aparición con vida.