NEUQUEN (AN).- Como ocurrió a fines de la década del ochenta con el casete frente al disco compacto, el video hogareño (VHS) está asistiendo a su muerte: nada puede hacer para competir con la multiplicidad de opciones que ofrecen los DVD.
El cambio de tecnología es más violento que veinte años atrás, ya que con la salida al mercado de máquinas que utilizan el disco u otras alternativas para grabar televisión en vivo, las videocaseteras perdieron su último nicho.
Según estadísticas publicadas por la Unión Argentina de Videoeditores, las ventas de VHS para alquiler, es decir, los que van a parar a los estantes de los videoclubes, pasaron de 568.987 en 2.001 a 179.765 el año pasado. En Neuquén, la tendencia se repite y, si bien no hay estadísticas por provincia, es casi imposible encontrar un local de alquiler en el que se puedan conseguir estrenos en cinta.
El fenómeno tiene dos aristas, según la perspectiva que se tome. En primer lugar resulta indiscutible desde la visión del usuario: no sólo la imagen es de una calidad infinitamente superior sino que el último mito de los defensores de las videocaseteras terminó de caer en los últimos meses, con la llegada de las nuevas grabadoras de televisión en vivo al mercado, que con precios menores a los 500 pesos permiten poner pausa a un programa en vivo y continuar viéndolo en cualquier momento.
Hasta hace poco tiempo muchos consumidores conservaban los casetes para grabar sus programas favoritos. Ahora, muy probablemente, los viejos equipos pasarán al cuarto de los más chicos porque a muy bajo costo es posible adquirir dibujos animados y películas que se encuentran en liquidación en hipermercados y videoclubes.
En segundo lugar, el negocio del "rental" o alquiler cambió mucho a partir de la inclusión del DVD en los estantes de los locales. Como toda nueva tecnología, en un principio los costos eran altos, con equipos de reproducción a precios superiores a los 700 pesos y películas a más de 100, que hacían riesgosa la inversión inicial, sobre todo teniendo en cuenta lo delicados que son los discos.
Pero pasaron los años y no sólo se pueden adquirir reproductores a menos de 300 pesos sino que las películas en este formato llegan a costar la mitad que en video.
También cuentan para el fenómeno el menor espacio que se ocupa en las estanterías, la multiplicidad de opciones interactivas para el usuario, la mejor calidad de imagen. En comparación, el VHS sólo podía sobrevivir como un segundo equipo en el hogar, hasta tanto se equiparara la salida de estrenos y las películas anteriores a la tecnología. Hoy existen colecciones completas no sólo de estrenos sino de películas clásicas y documentales de todo tipo.
Otro negocio por el que se han inclinado los lugares de alquiler es el de la venta de las películas "prealquiladas", que hasta hace unos meses era una actividad reservada para las grandes cadenas. Por un precio definido según la popularidad de la película, pero siempre muy inferior al de nuevo, se pueden adquirir DVD de cualquier género por alrededor de 15 o 20 pesos.
Es que para los comercios si bien es conveniente adquirir varios ejemplares de un mismo título ante un estreno popular, al mes ya no son necesarios. Además, la venta a menor precio ayudó a combatir la piratería, ya que por una escasa diferencia el cliente puede comprar la misma película, pero original.