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Domingo 10 de Junio de 2007
 
Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
¿De qué hablan los hombres y las mujeres?
Es la pregunta que se hizo la socióloga cipoleña Andrea Voria. Su investigación sobre el tema fue premiada en España.
Andrea Voria y la problemática de género como compromiso y apuesta.
Andrea Voria y la problemática de género como compromiso y apuesta.
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SUSANA YAPPERT

sy@patagonia.com.ar

¿De qué hablan las mujeres cuando están juntas? ¿Qué hacen los hombres cuando están juntos? Interrogantes como éstos surgieron durante el tiempo que duró una investigación que desarrolló la socióloga cipoleña, Andrea Voria. Esta joven migró a España en el pico de la crisis para realizar un doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Poco después ganó una beca para trabajar en el Instituto de la Mujer en Madrid. Desde entonces, admite, los estudios de género son su compromiso y su apuesta.

Voria se concentró en lo que expresa en términos de género el cine y descubrió la riqueza que plantea esta expresión del arte para la investigación social. En la pantalla encontró a mujeres y hombres en acción, una acción que trasciende el discurso. Y allí, Voria encontró algunas respuestas a sus interrogantes, que le contó a "Río Negro" en esta entrevista.

Naciste en Cipolletti, pero migraste hace unos años para hacer un doctorado. ¿Cómo fue esta experiencia en España?

Como toda mi familia, nací y me crié en Cipolletti, hasta que terminé el colegio secundario y decidí estudiar Sociología en Buenos Aires (Universidad del Salvador). A partir de ahí comienza mi historia de tránsito y movimiento por distintos lugares: el primero de ellos fue de mi ciudad natal a Buenos Aires. La otra gran partida fue cuando, al terminar mi carrera, en el 2002, decidí "cruzar el charco" para comenzar mi doctorado en Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Si bien la decisión de ir a Barcelona no tenía una razón económica y tuve la suerte de contar con la ciudadanía europea, fue común en ese primer año identificarme desde la melancolía con los argentinos que estaban allí.

Luego fuiste a Madrid con una beca, ¿ no?

Después de Barcelona vino Madrid, gracias a una beca que gané para trabajar en el Instituto de la Mujer, que es un organismo que pertenece al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que se encarga de diseñar políticas de igualdad de género para todo el estado español. Fue una experiencia muy enriquecedora que me permitió combinar lo académico, a través del doctorado, con una experiencia en políticas públicas e intervención social, desde una perspectiva de género. En lo personal, esta etapa supuso una mayor integración y participación de la vida social y cultural, lo cual sumó a los aprendizajes, una cuota de placer y disfrute, que hizo que sostuviera mi experiencia en Madrid

por tres intensos años.

¿Cuándo comenzaste a trabajar la temática de género?

A comienzos de mi vida universitaria, donde poco a poco comencé a acercarme a temáticas como la violencia, los derechos sexuales y reproductivos, el feminismo, etc. De algún modo y sin mucha conciencia, mi perfil profesional fue adquiriendo una orientación determinada. La problemática de género es mi compromiso y mi apuesta,desde lo profesional como de lo personal.

Escogiste el cine como objeto de estudio y a un cineasta en especial (el catalán Cesc Gay). ¿Cómo resultó esta experiencia?

A la hora de plantear mi proyecto de investigación para mi tesis de Maestría surgió el cine como una posible fuente de información. A partir de ahí, comencé a descubrir la riqueza que plantea el cine para la investigación social. Su principal virtud fue que me permitió acceder a acciones y no a relatos de acciones. A su vez, el cine y, en especial la película que tomé "En la ciudad", del director catalán Cesc Gay, constituye una instancia privilegiada para analizar acciones de carácter íntimo.

¿Podés sintetizar el argu

mento de la película?

"En la ciudad" es una película coral que se desarrolla en Barcelona y trata sobre las vidas entrelazadas de un grupo de amigas y amigos treintañeros, que ocultan más que lo que muestran. A pesar de ser personas que gozan de una situación socioeconómica acomodada, con pareja estable y con un día a día que, a simple vista, resulta atractivo; estos personajes transmiten una gran soledad, en tanto no son capaces de compartir sus frustraciones ni sus fantasías.

Según los resultados de tu investigación, ¿qué diferencias encontrás entre los hombres y las mujeres a la hora de estar juntos?

No estoy en condiciones de generalizar ni de extrapolar mis hallazgos. En el caso específico de "En la ciudad", Gay reconoce que "cada uno tiene los problemas que se puede permitir, ¿no?". Pudimos comprobar que el conversar para las mujeres es una actuación de género muy relevante. A pesar que muchas cuestiones de su vida privada permanecen ocultas, a través del encuentro con las demás, buscan generar un espacio de mujeres, basado en la escucha activa y la empatía, que a nivel discursivo, tienda hacia el consenso y que, a nivel emocional, afiance la aceptación mutua. De este modo, a través de recursos como la mentira o el silencio, evitan el rechazo, respecto a cuestiones de su vida privada todavía no asumidas, lo cual, en última instancia, constituye una expresión de impotencia frente a mandatos de género (como la heterosexualidad, monogamia, pareja exitosa, etc.), que las mujeres no logran cuestionar abiertamente. Esto no niega que en la interacción no surjan elementos disruptivos que ponen de manifiesto diferencias y conflictos que generan fisuras dentro del propio género femenino, lo cual demuestra su carácter inestable y contingente.

¿Y los hombres?

A diferencia de las mujeres, para los hombres el motivo de encuentro suele ser el hacer cosas juntos. El hacer y tener es una cuestión central para reafirmar el género masculino. Sin embargo, en el discurso, establecen con sus actividades y sus planes una vinculación emocional que no sobrepasa el plano de lo personal. No se trata de colaborar en mejorar el mundo, sino de afianzar el propio narcisismo, desde una vinculación emocional con lo laboral, lo político, lo social, lo personal. Frente a los demás, estos hombres sostienen una imagen que responde a su propio "deber ser", en tanto evitan mostrarse frente al otro en situaciones de vulnerabilidad y desobediencia al género. Una característica común entre estos hombres y mujeres es que en sus conversaciones pretenden devolverle al otro aquello que espera de uno, silenciando aquello que cuestiona el propio género.

¿Qué líneas de investigación se abrieron ?

Mi inquietud ahora pasa por analizar el género en un contexto de crisis como el que ha atravesado Argentina, a través de determinados relatos cinematográficos que me permitan indagar acerca de cómo la situación social y económica "forzó", de algún modo, ciertas transgresiones y quiebres con las normas de género tradicionales. Me pregunto si se trató de un momento de cierta "suspensión" (¿transitoria?) de las normas de género que dio lugar a determinadas transgresiones, o si sólo se produjo una reinterpretación de las normas de género adecuadas al contexto vivido, de modo tal de garantizar la supervivencia.

 
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