SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen resolvieron absolver al hombre que llegó a juicio acusado por haber amenazado, golpeado y abusado sexualmente de su hijastra, porque el relato que prestó ante el juez de instrucción coincide con las circunstancias luego establecidas, y no así las aseveraciones de la denunciante, dado que la denuncia no fue corroborada por las pruebas.

Para los jueces, así como lo había interpretado antes el fiscal de Cámara Enrique Sánchez Gavier, quedó claro que la denunciante mintió respecto del abuso deshonesto, y que en realidad era amante de su padrastro y las relaciones que mantenían eran consentidas.

La causa por abuso deshonesto, privación ilegítima de la libertad, amenazas y robo, seguida contra un hombre de 46 años que es esposo de la madre de la presunta víctima, se inició el 24 de enero de 2006, luego que, según la denuncia, el acusado se presentara en el trabajo de la joven y le pidiera que saliera unos instantes para conversar. La denunciante, de 24 años, aseguró que cuando se sentaron para conversar el hombre puso en marcha su vehículo, un Fiat Palio, con el que se alejó del lugar y estacionó en una zona despoblada para consumar el abuso.

Al procesado le adjudican haber secuestrado y amenazado con un arma a la joven, luego de llevarla hasta una calle solitaria aledaña a la ruta 40 norte, para robarle un par de aros de oro y abusar sexualmente de ella.

Luego del suceso descripto la denunciante fue revisada por un médico que estableció la existencia de lesiones que a juicio del fiscal no se compadecen con la agresión comentada. Por otro lado, los análisis de ADN realizados a las prendas de la mujer acreditaron que tenían manchas de semen correspondientes al perfil genético del imputado, pero esa circunstancia, según el criterio del fiscal, tampoco acreditan que la relación no haya sido consentida.

Durante la audiencia el imputado se abstuvo de declarar y se remitió a los que había expuesto durante la instrucción, donde adujo que mantuvo una relación durante dos años con la denunciante, y que los aros de oro que encontraron en su poder se los había comprado él, y la joven se los devolvió por su voluntad.

También negó poseer el arma de fuego con la que según la presunta víctima fue amenazada.