A caballo, en vehículos y de a pie. Desde pueblos y ciudades lejanas y de los puestos y campos vecinos. Lentamente la gente se fue acercando el viernes hasta el lugar para compartir una jornada inolvidable para la comunidad Cañumil.
Los visitantes fueron recibidos con la amabilidad que caracteriza a la gente de campo, con el tradicional "marri marri" saludo en idioma mapuche que significa buenos días un apretón de manos o un beso en cada mejilla y con una escarapela con los colores celeste y blanco, que los alumnos abrochaban en el pecho de cada persona.
Por un lado, unas mujeres preparaban chocolate caliente y repartían galletitas. Otras ultimaban los detalles de ensaladas, jugos, vino y pan para el almuerzo. A un costado de un galpón que la escuela utiliza como depósito, los hombres ensartaban los corderos, chivos y costillares de vaca.
Es que no se trataba de un simple acto de finalización de clases o por el cumpleaños de la Patria: la comunidad festejaba haber dado un primer paso muy exitoso después de la reapertura de la escuela.