Jueves 24 de Mayo de 2007 Edicion impresa pag. 31 > Policiales y Judiciales
Dos armas, żdos autores?: fue la controversia en un juicio oral

NEUQUEN (AN)- La fiscalía pidió ayer 11 años de prisión para Emiliano Tardugno, a quien acusó del asesinato de Desiderio Azúa ocurrido en Plottier el 19 de julio del año pasado. La querella coincidió en la imputación pero elevó el monto a 17 años de cárcel, mientras que la defensa reclamó la absolución porque alegó que no está probado quién fue el autor del crimen y deslizó que pudo ser la novia del acusado. La sentencia se conocerá el 31.

Con los alegatos se cerró en la Cámara Segunda la etapa oral del juicio contra Tardugno que había comenzado la semana pasada. Antes de los pedidos de acusación y defensa declaró el jefe de los médicos forenses, Carlos Losada, quien introdujo la hipótesis de que los autores del crimen fueron dos.

Azúa (65) fue asesinado en su vivienda en el barrio Los Hornos de Plottier. Recibió varias puñaladas, una sola de ellas mortal, aplicadas con dos armas distintas. ¿Eso implica que los autores fueron dos, o un solo asesino empuñó los dos cuchillos? Ese fue uno de los puntos de divergencia entre la fiscalía y la querella por un lado y la defensa por el otro.

Tardugno, su novia Florencia Posse y un hermano de ella de 13 años estuvieron en la casa de Azúa en el momento del crimen. La joven asegura que la víctima le hizo una propuesta deshonesta y que la amenazó con un cuchillo tipo hacha, por lo cual gritó pidiendo auxilio. Después escapó sin mirar atrás y no sabe qué pasó.

Lo que sí se sabe es que minutos después Tardugno llegó a la casa de Florencia con las manos ensangrentadas, dijo que había tenido una pelea con un hombre, se cambió de ropa y huyó. Se entregó horas después.

La Policía secuestró varios cuchillos que fueron sometidos por Losada a la prueba del Luminol, un reactivo que delata con tonalidades azules la presencia de sangre en un objeto. Así, el perito descubrió que las armas utilizadas para agredir a Azúa fueron dos: un Tramontina delgado y filoso que le causó la herida mortal, y un cuchillo de hoja más ancha pero menos filo con el cual le pudieron provocar otras lesiones.

En base a las características de las heridas, Losada concluyó que actuaron dos personas: una con fuerza clavó el Tramontina, la otra más débil utilizó el segundo cuchillo.

El fiscal Alfredo Velasco Copello discrepó con este análisis. "La única persona que tuvo sangre en las manos es Tardugno", dijo. Tampoco los querellantes Emanuel Roa Moreno y Pablo Gutiérrez quedaron conformes con la teoría del forense. "Hubo dos armas, pero no dos agresores", afirmó Roa Moreno, para quien el imputado sostuvo el Tramontina con su mano derecha y el otro con la izquierda, y de allí la diferencia en el tipo de lesiones.

Como Losada declaró que algunas de las heridas le fueron provocadas a Azúa por alguien ubicado en un plano superior, el querellante recordó que la víctima medía 1,65 y el imputado casi 1,80.

El defensor Carlos Vaccaro fue el que más provecho intentó obtener de la pericia de Losada, y deslizó que el autor del crimen pudo ser la novia de Tardugno, su hermano de 13 años, o los dos.

"Que hayan visto sangre en las manos de Tardugno no prueba que empuñó un cuchillo, y menos que empuñó el cuchillo homicida", dijo el abogado. También afirmó: "que la herida mortal haya sido aplicada con fuerza no quiere decir que la haya aplicado el que más fuerza tiene".

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí