NEUQUEN (AN).- Un hospedaje de esta capital fue asaltado por una banda de cinco ladrones que tras reducir a la dueña con sus familiares y a un tarotista que había alquilado una pieza, escaparon con dinero, electrodomésticos y frazadas.

El asalto fue el martes alrededor de las 20.30 en el hospedaje "Estela" ubicado en San Martín 1.050. Y es el segundo de tipo comando que ocurre en la últimas horas en la ciudad y el cuarto en lo que va del año. Por este motivo, los investigadores no descartan la posibilidad de que algunos de estos hechos estén conectados entre sí.

"Un tipo muy bien vestido y prolijo me preguntó si tenía habitación. Cuando le dije que sí se metió, sacó un un arma y ahí entró el otro", relató ayer a "Río Negro" Estela (67), la propietaria. "Había otros tres escondidos detrás de una columna de la entrada a la casa que se quedaron afuera", agregó.

La mujer vive en la planta baja y en el primer piso tiene las seis habitaciones que alquila. En ese momento la acompañaba su hija (35) que se estaba bañando y su nieta (7). A las tres las encerraron en una habitación, donde las tiraron sobre una cama. Ella trató de escapar por una puerta lateral, pero uno de los delincuentes la descubrió y le dio una trompada en la cara.

"Yo no tenía miedo, pero mi hija se estaba duchando y salió toda desnuda del baño. Como eran todos hombres a mí me preocupó que le hicieron algo", indicó la mujer. Tras maniatarlas, los ladrones subieron a la parte alta. Allí, en una las habitaciones, estaba un tarotista atendiendo a un cliente. También los redujeron y los ataron.

"A ellos todavía no los vi, pero creo que los dos estaban bien. No sé si les robaron", indicó la mujer.

Los delincuentes que permanecieron afuera del hospedaje redujeron además a otro inquilino que estaba llegando en el momento del asalto. Lo metieron en el living de la casa de la dueña.

Para el despliegue que hicieron, los ladrones escaparon con un magro botín: apenas 500 pesos de recaudación que tenía la mujer, un DVD y frazadas nuevas de las habitaciones. Todo indica que fueron suponiendo que en el hospedaje, que tiene convenio con algunas mutuales provinciales, iban a encontrar más dinero.

"Mientras revolvían toda la casa me dijeron que ellos pensaban que acá manejábamos mucho dinero", sostuvo la propietaria. "Yo les insistí en que vivíamos con lo justo", explicó.

Hubo un momento de tensión extra durante el asalto: fue cuando afuera se escucharon sirenas. "Les dije que se fueran, que todo iba a ser peor si se quedaban, pero las sirenas de golpe se dejaron de escuchar. Fue porque acá cerca hubo un choque", relató Estela.

Al escapar obligaron a las mujeres a contar hasta cincuenta antes de salir. Y no estaba en claro la forma en que huyeron.

En la investigación intervienen la comisaría Tercera y el departamento de Delitos.

Un asalto de características similares ocurrió el lunes alrededor de las 21 en la panadería Santarelli. Allí entraron entre tres y ocho ladrones que luego de reducir a tres mujeres y dos chicos, escaparon con dinero. Ayer no se habían registrado avances en la investigación (ver aparte).