SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La derrota provincial del Frente para la Victoria caló hondo en las filas barilochenses de esa coalición, que a nivel local ganó por menos de 1.000 votos y también estuvo lejos de las expectativas.

Aunque se cuidaron de no decir "en caliente" algo que entorpeciera las relaciones internas, dirigentes de los tres partidos que integran el Frente asumieron que será necesario "replantear" estrategias y objetivos.

Sin embargo la preocupación es obvia porque las elecciones municipales, en las que llevarán como candidato al actual intendente Alberto Icare, están a la vuelta de la esquina.

En estricta reserva, algunos referentes del Frente Grande y del PJ sugirieron que el esfuerzo aportado en la campaña por el partido vecinal SUR fue algo "tibio" y que la historia pudo ser otra "si ponían todo el aparato municipal en juego".

Uno de los encargados de organizar el despliegue de fiscales por parte del Justicialismo explicó que -previo acuerdo- se habían dividido las escuelas entre los distintos partidos y que SUR debió pedir ayuda a último momento para completar las suyas "porque no tenía gente para todas las mesas".

También habría dejado algún enojo el acto de cierre de campaña, cuando el FpV, con todos los partidos y gremios que lo integran, no consiguió llenar el modesto gimnasio del SOYEM.

En la noche del domingo el candidato a gobernador Miguel Pichetto estuvo un par de horas en la sede municipal, pero luego decidió aislarse en el hotel Premier y no volvió a mostrarse con el intendente Icare.

Alrededor de las 22, cuando habló con la prensa, Pichetto se desmarcó de las denuncias de fraude que minutos antes había descargado el secretario de Gobierno municipal y hombre fuerte de SUR, Adolfo Fourés.

Ayer fue imposible lograr una evaluación de Fourés sobre lo sucedido porque el funcionario se negó a hablar con el cronista de este diario. "A vos no te vamos a dar notas ni yo ni nadie del gobierno -avisó Fourés-. Es un derecho que nos asiste".

El presidente del Frente Grande de Bariloche, Julio Accavallo, reconoció que en esta ciudad no tuvieron la elección esperada, ya que aspiraban a sacar una diferencia de 3.000 votos.

Ese objetivo sonó también algo modesto, porque hace apenas dos años, en la elección de diputados nacionales, el FpV consiguió derrotar por 12.000 votos al radicalismo que en aquel momento tenía a Icare de su lado.

"La elección no la ganó Saiz, la perdimos nosotros -reconoció Accavallo-. Porque teníamos un radicalismo desgastado y no supimos enganchar con la sociedad para expresar el cambio".

Dijo que no quería "buscar culpas personales" por la derrota y también eludió profundizar sobre lo ocurrido en Bariloche porque "no sirve analizar lo local sino lo general". De cara a la elección municipal que se avecina, Accavallo dijo que habrá que "corregir errores".

Por su parte, la legisladora electa Silvina García Larraburu (PJ), opinó que "cada uno de los dirigentes se debe una autocrítica por lo sucedido".

Aseguró que el FpV en Bariloche "está intacto" y que el justicialismo seguirá trabajando junto a Icare porque "Miguel Pichetto dio su palabra" para sostener esa sociedad.

El partido SUR emitió a media tarde un comunicado en el que felicitó a su militancia por el triunfo conseguido en Bariloche, aunque no examinó los números ni los comparó con desempeños anteriores.

SUR celebró también la llegada de dos figuras propias como Irma Haneck y Manuel Vázquez a la Legislatura provincial y dijo que la elección sirvió para demostrar que "Bariloche piensa, sabe lo que necesita y se atreve a votar diferente".