ROCA (AR).- Sus paredes se erigieron por la fuerza de un sueño que imaginó la segunda escuela salesiana del país, más tarde se convirtió en la primera chacra experimental y vivero y por último albergó la vieja sede del INTA Alto Valle, en J. J. Gómez. Ahora, uno de los edificios más antiguos de la zona está recobrando su antigua fachada para convertirse, en principio, en un centro de enseñanza no formal, en sintonía con el perfil del INTA Alto Valle que decidió priorizar la actividad de extensión y la transferencia al productor.

Carlos Magdalena, director de la estación experimental INTA Alto Valle, contó que el proyecto surgió en conversaciones con el padre Jaime Belli quien se mostraba muy interesado en rescatar la importancia histórica del edificio ubicado en el llamado "ex predio del INTA", donde funcionó la Escuela Agrícola Práctica que el padre Alejandro Stefenelli había imaginado y puesto en marcha allá por el año 1902.

En ese entonces, 200 hectáreas fueron cedidas al religioso por el presidente Julio Argentino Roca para ser destinadas a la construcción de lo que fue la segunda escuela salesiana en todo el país.

Apenas diez años más tarde los terrenos fueron expropiados con el pretexto de instalar lo que finalmente fue la primera chacra experimental y vivero hasta que, con la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en 1957, todas estas chacras experimentales pasaron a su propiedad.

Magdalena contó que a partir de los años '60 se empezó a modificar la edificación en realidad, un gran galpón con una pequeña capilla en su cara norte- para adecuarla a su nueva función. Las obras incluyeron la construcción de una loza en el interior que dividió el edificio en dos plantas, se hicieron ventanas nuevas sobre las hermosas estructuras originales y se tapó buena parte de los detalles arquitectónicos que hoy, con la restauración, están viendo nuevamente la luz.

Cuando el INTA se mudó a su nueva sede sobre la Ruta 22, el edifico fue cedido al municipio junto con las 4 hectáreas que lo contienen y rodean pero, al no tomar posesión la comuna, volvió a su antiguo dueño.

Ya en el 2004 y tras contactos con el padre Belli surgió la idea de restaurar y volver a poner en valor uno de los edificios más antiguos del valle.

Después de algunas gestiones, INTA Nación aprobó el proyecto que se llevó adelante en varias etapas, primero de cercamiento e iluminación del predio y techado del edificio, luego de reconstrucción de la fachada y actualmente la puesta a punto del interior con el objetivo de crear un centro de capacitación no formal y quizás, más adelante, un museo agropecuario donde se reivindique la obra del padre Stefenelli y de los pioneros del Valle, reuniendo las huellas y testimonios de la historia regional, ligada a la producción. La obra le costará al INTA unos 900.000 pesos, según indicó Magdalena, y demandó un riguroso estudio histórico-arquitectónico llevado a cabo por el arquitecto Luis Iurisevich para devolverle el semblante que originalmente exhibió el edificio.