BUENOS AIRES (ABA).- Como en la ronda de "Antón Pirulero", cada uno en la Casa Rosada, incluso el presidente Kirchner, atendió su juego en la elección de Río Negro, para evitar tener "una prenda".
Allí, Miguel Saiz -un radical enrolado en la variante K, cargada de gran pragmatismo-, le ganó a Miguel Pichetto, no solo titular del bloque de senadores del PJ, sino cabeza en el distrito del Frente para la Victoria
En una época caracterizada por la falta de identidad partidaria e ideológica, Kirchner se mantuvo prescindente -como le pidió su amigo circunstancial Saiz- en pos de mantener latente hacia el 28 de octubre la concertación plural con un grupo de gobernadores e intendentes de la UCR, lo que podría traducirse en una fórmula compartida.
Desde el kirchnerismo se demostró habilidad con las dos manos. Así, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, le estuvo dando ánimos hasta el final del domingo a Pichetto, en tanto que el obediente secretario general de la Presidencia, el neuquino Oscar Parrilli, se mantuvo en estrecho contacto con Saiz.
El mandatario rionegrino ofrendó el triunfo al acuerdo programático con Kirchner, pero se permitió abrir una duda crucial: la afinidad y el diálogo es con "el señor Presidente", en consecuencia -apuntó- "no conozco el pensamiento de la senadora" Cristina Fernández. El gobernador rionegrino agregó que "todo hace presumir que por su cercanía con el presidente y su actividad política coincide en esa línea de pensamiento, pero quisiera poder conversar con ella si se resolviera su candidata a presidente".
Los lazos están aceitados y habrá que prestar atención a cualquier gesto durante la celebración patria del próximo 25 de mayo en Mendoza. Salvo modificación de fuerza mayor, en la provincia cuyana se encontrarán el viernes el matrimonio K con el gobernador Julio Cobos, a quien se menciona como posible vice en octubre.
A diferencia de lo que ocurrió cuando ganó Eduardo Brizuela del Moral, en Catamarca, esta vez no hubo festejos estentóreos en la Rosada. No era lógico zaherir a Pichetto, defensor de todas las leyes oficiales, como se había hecho con el sindicalista Luis Barrionuevo, quien está en la antípoda del pensamiento pingüino, aunque en los últimos tiempos dio muestras de disciplinarse.
En Río Negro, hoy por hoy, Kirchner ganaba de cualquier manera. "Hubiese preferido a Pichetto, que se presentó con sello propio. Pero era consciente de que este no prendía en toda la sociedad patagónica, y también de la fortaleza del radicalismo", confió a esta agencia un funcionario al explicar la decisión del Ejecutivo nacional de "mantenerse al margen" de la disputa.
¿Cómo se proyecta este resultado? La confusión política, la exacerbación social y las investigaciones que desnudan actos de corrupción en las esfera pública, acompañarán al proceso electoral, que buscará mayor claridad en las definiciones al resolver la puja de la capital federal, en junio.
¿El radicalismo rionegrino acatará la resolución de la Convención Nacional de apoyar a Roberto Lavagna, o se inclinará abiertamente por un Kirchner?
El diputado Fernando Chironi, en la instancia provincial, se encolumnó con Saiz, pero promete hacer respetar para octubre lo resuelto por el órgano partidario.
Se viene un duro debate, teniendo en cuenta que Kirchner, exhibió su enemistad con, luego de que el legislador lo responsabilizó por los desmadres del caso Skanska.
En el peronismo rionegrino, por su lado, hay muchas heridas abiertas.
El diputado Osvaldo Nemirovsci, quien de tener una posición oscilante se encuadró con Pichetto y aportó votos en Bariloche y El Bolsón, ofrecerá a sus compañeros "una transición pacífica" detrás de su candidatura a senador.
"Si están dispuestos, ordenaremos al peronismo, sino salgo a matar", advirtió.
ARNALDO PAGANETTI
