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Martes 22 de Mayo de 2007
 
Edicion impresa pag. 20 y 21 >
Un voto más racional

La forma en que la mayoría del pueblo argentino se identifica con la política es lo que permite explicar de alguna manera el porqué de nuestro constante y persistente fracaso social y económico. El voto popular está expresando una visión de la política alejada de la racionalidad.

Una persona racional dejaría de votar a aquellos que sistemáticamente han vaciado las cajas de jubilaciones condenando a los jubilados existentes y a los por venir a vivir con ingresos miserables y con niveles de vida impropios de un ser humano. Un asalariado racional dejaría de votar a los que se esmeran en licuar sus ingresos con la inflación. Un padre racional dejaría de votar a los que han degradado la educación condenando a sus hijos a no poder ni siquiera interpretar la realidad. Un obrero racional dejaría de votar a los que promueven un sindicalismo corporativo y prebendario que llena sus bolsillos con los aportes del mismo pueblo trabajador. Un ciudadano racional dejaría de votar a los que promueven un empresariado servil y acomodaticio que le ofrece una bajísima calidad de productos y servicios y además es poco propenso a la competencia. Un contribuyente racional dejaría de votar a los que nos aumentan persistentemente los impuestos. Un individuo racional dejaría de votar a los que nos han sumido en la inseguridad y nos han dejado a merced de los delincuentes.

Y aun a pesar de todo esto el ciudadano sigue votando siempre a los mismos, tal como quedó demostrado en las elecciones presidenciales posteriores a los tristes acontecimientos del año 2001-2002 en los que el pueblo entero pedía "que se vayan todos". Racionalidad cero, se quedaron todos. Obtengamos algunas conclusiones: los candidatos justicialistas (más de lo mismo) y radicales (más de lo mismo) consiguieron casi el 60% de los votos, o sea, hablando claro: 11.528.671 de personas están dispuestas a que les sigan robando las jubilaciones, que les sigan castrando las esperanzas, que les sigan cercenando el futuro, que les sigan robando los sueldos, que les sigan entregando pésimos y escasos productos y servicios, que les aumenten los impuestos, que los expongan al terror de perder un hijo, un hermano, un padre a manos de los delincuentes. Nada más alejado de la racionalidad que la forma en que la mayoría de los votantes se expresó en las elecciones del año 2003.

En las provincias sucede lo mismo. Los ciudadanos están dispuestos, según su expresión del voto, a seguir convalidando políticas que los sumergen en la marginación, que les proveen una baja calidad de servicios públicos, que les ofrecen una educación pública cada vez más deteriorada y con menos días de clases, que atienden su salud en hospitales públicos de niveles edilicios y de atención paupérrimos, que les aumentan los impuestos, que no les suministran agua potable, ni viviendas, ni cloacas, ni trabajo.

Es evidente que el voto en la República está alejado de la racionalidad.

Muchos votan de una determinada manera porque sus padres y/o su familia pertenecen o han pertenecido a un partido político, con lo que se impone el sentimiento de pertenencia. Otros porque en algún momento de su existencia recibieron dádivas de algún gobernante o de sus adláteres, con lo que se impone el sentimiento de agradecimiento. Otros votan pensando que los están controlando o que, si no lo hacen de la manera en que les indicó el "puntero", se quedarán sin el trabajo del Estado o sin los planes trabajar, ley 2.128, etc., con lo que se impone el miedo. Otros votan a puro sentimiento al partido político que tienen en su corazón.

El acto de emisión del voto no debería parecerse a la actuación del hincha de fútbol que se apasiona por su equipo pierda o gane, juegue bien o mal. Si mi equipo triunfa, expreso mi fanatismo y, si mi equipo pierde, soy más fanático todavía; eso es el amor del hincha hacia la camiseta. Pero si mi partido político aplica políticas desacertadas, entonces me perjudica a mí, a mis hijos y a mis vecinos. Seguirlo votando no mejorará mi situación; ¿es esto inteligente?

Todavía no son mayoría los que emiten un voto racional, pensando en qué es lo mejor para sí, para sus hijos y para sus congéneres. Es minoría el voto racional que desbanque a aquellos que sistemática y concienzudamente han producido el descalabro social y económico en el que nos deslizamos desde hace más de 60 años, que se plantee un mejor futuro, que evalúe que la alternancia en el poder es la esencia misma del sistema republicano y democrático

No es lógico ni racional votar mayoritariamente las mismas políticas desde hace 60 años. Con este proceder la sociedad sigue refrendando un sistema autoritario, feudal y decadente de gobierno.

Ante tanta irracionalidad, al momento de votar resulta bien clara la racionalidad de los viejos y amañados políticos que se valen del voto sentimental para seguir perpetuando a sus partidos, a sus políticas y a sus amigos

En un sistema político representativo, lo que los ciudadanos piensan es un dato esencial, no un accesorio y, en consecuencia, las convicciones de los políticos pueden llegar a ser accesorias y no esenciales

Estimado ciudadano, lo que expresamos en las urnas es de lo que se valen los políticos para permanecer en el poder.

 

CARLOS GREGORI (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Integrante de la junta Neuquén de Recrear

 
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nos dejo su opinion

22/05/2007, 10:29:15
Carlos E. Solivérez
Contrariamente a lo que afirma el autor, creo que el voto de la gente es muy racional. Vivimos en una cultura clientelística donde la gente sólo puede obtener las cosas importantes (como el trabajo) por sus relaciones con el poder y no por sus méritos. La consecuencia es que se vota a aquél de quien, por izquierda o por derecha, se espera obtener algo con más facilidad. Lo más importante que nos falta desde el punto de vista socio-político no es racionalidad (adecuación entre medios y fines) sino moralidad (adecuación entre medios y valores). La escuela difunde el clientelismo cuando inculca que los problemas los deben resolver los funcionarios, no la gente.
 
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