El reality parece funcionar a pesar de ellos. Famosos o desconocidos, ver las miserias, debilidades o capacidades, de esos seres encerrados a voluntad ante las cámaras, parece ser el secreto del éxito de "Gran hermano", que emite Telefé (y aquí se ve por Canal 7 de Neuquén).

Pero además, parece evidente que a los votantes -las votantes debería marcase-, la fama no les pesa en lo más mínimo. Como en el reality de los desconocidos -que terminó hace paneas dos semanas-, quienes eligen quién debe abandonar la casa se rigen por las mismas leyes.

En la primera votación de "Gran hermano 2007", decidieron echar de la casa a Claudia Ciardone, una conflictiva rubia que aprovechó enseguida las mieles del éxito rápido y posó desnuda para varias tapas de revistas.

En la versión de los famosos, la que pagó fue Amalia Granata, la chica que se hizo conocida pura y exclusivamente por hacer salido a ventilar en todos los programas de chimentos que ella había pasado una noche con Robbie Williams cuando el cantante inglés vino a Buenos Aires.

Pero en la casa, la rubia no tuvo nada de angelical. Se peleó con todos (por ejemplo, le dijo a Vadalá que ""Tenés que relajarte. Yo sé que viniste por la plata, pero yo tengo un concepto muy claro del dinero. Mi viejo se rompió el lomo para comprarse la casa donde vivimos con mi hermano y no existía ningún Gran hermano", dijo, como si ella fuera un ejemplo de la dedicación), y a la hora de salir, con el 54,5 por ciento de los votos a su favor, todavía le dio un consejo al otro nominado, que consiguió quedarse, el cheff de Playboy, Nino Dolce: "Haceles la vida imposible a esa manga de farsantes".

Famosos o desconocidos, el juego es el mismo. Sólo que en este caso, quizás tenga mas tiempo de vida útil en los programas que se alimentan de sus miserias.