Miércoles 16 de Mayo de 2007 Edicion impresa pag. 26 y 27 > Sociedad
Médicos buscan diagnosticar problemas mentales en bebés

CHICAGO (AP)- Apenas unos días después del nacimiento, los bebés saludables mirarán a otras personas a los ojos. A los cuatro meses, disfrutarán la compañía de los demás y a los nueve responderán a una sonrisa. Jacob Day no hizo nada de eso. "Solíamos decir que al ver a alguien más parecía como si le ardían los ojos", recordó su madre, Tamie Day. "Era como si esto le causara dolor. El problema no era que él no nos mirara, sino que desviaba la mirada adrede".

Day, graduada en psicología, tenía sospechas de que su hijo era autista. Hizo que su bebé participara en un estudio, publicado en abril, el cual determinó que los bebés como Jacob corren un alto riesgo de autismo si no responden cuando se les llama por su nombre a los 12 meses de edad.

A los 18 meses se le diagnosticó formalmente autismo, casi un año antes de la edad habitual. Antes de cumplir dos años, Jacob comenzó a someterse a un tratamiento intensivo diario que buscaba ayudarle a llevar una vida más normal. Jacob fue sujeto de investigación en un campo creciente de la psiquiatría, denominado salud mental infantil.

Los médicos y los científicos buscan cada vez con más frecuencia señales tempranas de autismo, desorden por déficit de atención y otros problemas mentales en los bebés. Una generación atrás, casi nadie pensaba que esos desórdenes pudieran aparecer en niños tan pequeños. Algunos científicos creen incluso que un tratamiento intensivo en algunos bebés susceptibles podría incluso prevenir el autismo, el déficit de atención y otros problemas. Un informe del Instituto de Medicina en el 2000 apoyó esa idea. El informe destacó la flexibilidad de los cerebros infantiles, y explicó la forma en que la interacción con los bebés puede cambiar la forma en que se conectan sus neuronas. Tamie Day notó las primeras señales preocupantes la noche en que ella y su marido, Chris, llevaron a Jacob de regreso a casa, luego del parto. "Entramos por la puerta y él no dejaba de mirar el ventilador en el techo", dijo Day. "Al día siguiente, eso era todo lo que veía".

Los bebés suelen mirar a los ojos de las personas poco después del nacimiento, y "entienden en un nivel básico, quizás innato, que los ojos son especiales, miran más a los ojos que a otras partes de la cara", dijo Sally Ozonoff, especialista en autismo en el Instituto Davis' MIND de la Universidad de California. Jacob, quien tiene ahora tres años y medio, ha progresado significativamente, gracias al tratamiento temprano.

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