NEUQUEN (AN).- El juez Marcelo Benavides le dictó la prisión preventiva a un guardia de seguridad acusado de violar a una mujer, y luego simular que había sido víctima de un asalto. Está acusado de "abuso sexual con acceso carnal calificado por el uso de armas".
Según trascendió de fuentes judiciales, el guardia -cuya identidad se mantiene en reserva- tiene 24 años, es misionero y está casado. Un detalle curioso que se conoció ayer es que pocos minutos después de ocurrida la violación, la esposa lo llamó a su teléfono celular pero atendió la víctima. Al escuchar una voz femenina, cortó.
El hecho ocurrió el domingo 15 de abril en el predio de una empacadora de frutas instalada en el Parque Industrial de esta capital, en la cual la víctima, una vecina de Centenario de 30 años, había dejado días antes su currículum.
El guardia, que ese día estaba solo, la llamó por teléfono y la citó para una entrevista. La mujer concurrió y el hombre la hizo pasar a un sector de oficinas dentro del galpón, para lo cual debió desactivar el sistema de alarmas. Luego le dijo que pronto la atenderían y se retiró.
A los pocos minutos ingresó un sujeto encapuchado al grito de "esto en un asalto". Este individuo amenazó a la mujer con un arma, la violó y desapareció.
Un poco después regresó el guardia con un balazo en el brazo izquierdo, diciendo que lo había atacado un ladrón.
Para entonces, la mujer ya sospechaba que el guardia y el supuesto asaltante eran la misma persona.
Ambos fueron hasta la cabina ubicada en el ingreso al predio de la empacadora, donde el hombre había dejado su celular. Justo el aparato sonó, la víctima atendió y del otro lado cortaron.
Después se supo que quien llamaba era la esposa del guardia, que se molestó al escuchar a una mujer.
Fundamental
Una "pericia de voz" fue fundamental para determinar la responsabilidad del guardia. Según explicaron las fuentes, consistió en ubicar a la víctima en una habitación, y en otra contigua -con la puerta abierta- al sospechoso y otros dos hombres.
Los tres leyeron un mismo texto, y luego gritaron "esto es un asalto". La víctima reconoció, sin dudar, la voz del guardia misionero.
Por otra parte, la víctima reconoció el arma con la cual le apuntó el presunto ladrón, y resultó ser la misma provista por la empresa de seguridad al guardia.
También tuvo en cuenta el juez el estudio victimológico, según el cual la mujer no fabula y en verdad sufrió una experiencia traumática.
Por último, se supo que el balazo que recibió el guardia y que le fracturó el húmero izquierdo, fue efectuado desde muy corta distancia, lo que induce a pensar que se disparó a sí mismo.
Ahora el juez Benavides espera el resultado de unas pericias de ADN que se están practicando, para dar por clausurada la etapa de instrucción y elevar la causa a juicio oral.