MOSCU(AFP) - La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, y el presidente ruso, Vladimir Putin, convinieron ayer en la necesidad de "rebajar el tono" en sus relaciones, pero en cuestiones de fondo no se pusieron de acuerdo, ni en el escudo antimisiles, ni en Kosovo. Su único acuerdo fue formal, sobre "la necesidad de rebajar el tono en las polémicas públicas", declaró el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, al término del encuentro de Rice y Putin en Moscú.

"Hay algunos temas, como la defensa antimisiles, que irritan, pero la relación (entre los dos países) debe quedar al margen de toda retórica exagerada", declaró por su parte Rice.

"Ya dije que la retórica no ayuda (...) Claro que tenemos diferencias (...) Si hay preocupación por la forma en la que Estados Unidos ejerció y sigue ejerciendo su poder, sobre eso sí podemos discutir", añadió.

Los abusos de Moscú, la "hegemonía" de Washington: ambas partes en los últimos meses protagonizaron una escalada verbal que tomó aires de confrontación como en la Guerra Fría, extremo que negaron tajantemente todos. Recientemente, Putin alertó de las "nuevas amenazas" provocadas por "pretensiones (...) como en el Tercer Reich", interpretado como un ataque a Estados Unidos. "Me aseguran que entendimos mal ese comentario", dijo ayer Rice.

Y las buenas intenciones se acabaron ahí. Después, Rice insistió en la determinación de EE.UU. para desplegar el escudo antimisiles en el este de Europa. "No creo que nadie espere que Estados Unidos consienta un veto de nadie al respecto de los intereses de la seguridad estadounidense", dijo Rice, quien volvió a ofrecer en vano a Rusia cooperar en la materia. Mientras la Casa Blanca sostiene que este escudo antimisiles está destinado a defender a Europa de posibles ataques de Estados "parias" como Irán y Corea del Norte, Rusia lo ve como una amenaza en sus fronteras y reaccionó anunciando que suspende un tratado sobre contención militar.