París (dpa) - Nicolas Sarkozy asumió hoy oficialmente como nuevo presidente de Francia y en su primer discurso aseguró que quiere unir a los franceses en torno suyo y cumplir con las promesas electorales.
El mandatario dijo que piensa en "Francia, este antiguo país que tuvo que enfrentar tantas pruebas y siempre se volvió a levantar". En su opinión es necesario un cambio de rumbo, pues "hay que romper con el comportamiento del pasado".
En una ceremonia festiva, el presidente del Consejo Constitucional, Jean-Louis Debré, invistió al político de 52 años como jefe de Estado número 23 del país y le entregó la banda presidencial. Sarkozy dirigirá Francia los próximos cinco años como sucesor de Jacques Chirac.
Ventiún salvas de cañón desde la iglesia de Les Invalides anunciaron a los franceses que comenzaba la nueva Presidencia. Previamente, el líder conservador despidió a Chirac de forma afectuosa tras reunirse con él en privado. Sarkozy lo acompañó hasta un vehículo, le estrechó la mano y lo aplaudió.
En su encuentro reservado el nuevo presidente recibió de su antecesor el código de activación secreto del arsenal nuclear. Bajo un cielo encapotado, numerosos simpatizantes se habían reunido en torno al palacio para saludar a Sarkozy con aplausos. Cientos de invitados asistieron a la ceremonia de investidura, entre ellos los hijos y la esposa de Sarkozy, Cécilia, con un vestido claro de brillos verdosos. Por la tarde, Sarkozy se dirigirá al Arco del Triunfo, donde encenderá una "llama eterna" en la tumba del soldado desconocido.
En la misma tarde de hoy viajará a Alemania, para reunirse con la canciller germana Angela Merkel.