El papa Benedicto XVI aceptaría hoy la renuncia como obispo castrense de Antonio Baseotto, a quien el presidente Kirchner quiso echar en 2005, pero sin anunciar aún el nombre de su sucesor en el cargo.

Fuentes eclesiásticas y gubernamentales anticiparon que "mañana puede oficializarse el anuncio de su renuncia", aunque aclararon que el prelado militar "no debe realizar ningún trámite de renuncia ante el Ejecutivo porque el único que tiene potestad para aceptársela es el Papa, que lo designa".

Trascendió que el Vaticano no dará a conocer mañana el nombre del sucesor de Baseotto en el cargo, porque "todavía no hay acuerdo con el gobierno".

En en caso Baseotto hay que prestar atención a un tema: el Senado analiza un proyecto de la formoseña Adriana Bogado (PJ) que denuncia el Concordato con el Vaticano del año 1957, por el cual se creó el Vicariato Castrense.

Desde que se instaló la polémica con Baseotto, quien sugirió tirar al fondo del mar al ministro Ginés Gonzalez García por promover el uso de profilácticos y la ley de salud reproductiva, Kirchner empezó a idear la forma de disolver el Vicariato, que es mantenido con fondos estatales.

La senadora Bogado fundamenta su proyecto de esta forma: "el militar es un ciudadano más, con los mismos privilegios y responsabilidades y que salvo situaciones excepcionales, puede concurrir a rendir culto a la religión de sus convicciones sin que por ello tenga que aprovechar la existencia de cuerpos sacerdotales especialmente constituidos dentro de los regimientos".

Además desde el gobierno se indica que con la misma lógica debería haber un rabino o un representante de otra religión. Será el Congreso el que tenga la última palabra, con el guiño de la Rosada. (DyN y ABA)