SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En la primera jornada del juicio oral por el homicidio de Abel Joaquín Nahuelcura, el imputado se negó a declarar, el principal testigo de cargo continuó comprometiendo al acusado con sus dichos, y algunas diligencias policiales en relación con los secuestros de prendas y de la presunta arma homicida fueron objetadas por la defensa. Al finalizar la audiencia los jueces y las partes realizaron una inspección ocular en el lugar del hecho, pero el debate se suspendió para que puedan declarar dos testigos de actuaciones policiales que antes no habían sido citados.

El médico forense Didier Le Chevalier de La Sauzaye no pudo confirmar ni descartar la homosexualidad de la víctima, tampoco si mantuvo relaciones sexuales antes de morir, y no aseguró que el arma secuestrada sea la homicida.

Armín Guillermo Hidalgo es el hombre que fumaba un cigarrillo debajo de un pino y declaró que vio pasar a Miguel Angel Moreira en dirección al lago, con paso decidido, "como quien sabe hacia dónde se dirige", y momentos después apareció llevando una mochila y le preguntó si tenía un celular para llamar a la policía, porque había un cadáver a la orilla del lago. Agregó que Moreira quería irse a su casa para dejar la mochila cuando llegó la policía y le pidió que actuara como testigo, y que los llevaron a la comisaría en un patrullero.

El cabo Edilio Barría manejaba el patrullero que trasladó a los testigos, participó en el rastrillaje en la orilla del lago y al día siguiente halló la cortaplumas secuestrada en el asiento del auto junto con el cabo Luis Saavedra. Este reconoció que cuando revisaron el auto ya existían sospechas sobre el testigo Moreira, a quien observaban porque estaba nervioso.

La concubina de Moreira reconoció la cortaplumas secuestrada como la que su padre le había regalado al imputado, pero el defensor Marcelo Alvarez Melinjer pidió que se asimilara a la mujer a pariente directo del acusado, se opuso a que declarara y planteó reserva de casación.

La mujer, sin embargo, aseguró que Moreira no era violento y lo consideró incapaz de matar, al igual que otros dos testigos cuyos testimonios sólo aportaron esa consideración.

El cadáver de Nahuelcura fue hallado a las 20 del 30 de junio de 2006, cerca de la orilla del lago y la prolongación de la calle Onelli, con una profunda herida de arma blanca en el cuello.

La lesión produjo una hemorragia masiva y ocasionó un shock hipovolémico y la inmediata muerte de Nahuelcura, y la persona que denunció el hallazgo del cadáver y fue testigo del procedimiento policial es el principal y único sospechoso, y llega a juicio porque lo involucran múltiples indicios, aunque nunca confesó la autoría del crimen.