Los favoritismos naufragan en la medianía, pero la fría estadística les sigue dando chances.
Así está el panorama en el fútbol nuestro de cada día. La incertidumbre domina el escenario de la pelota. Claro que el margen de error decrece a medida que avanza el Clausura, por lo que para estas cinco fechas que restan, se espera que definitivamente aflore un candidato con solidez, digno de vuelta olímpica.
Lo hecho hasta ahora por San Lorenzo (que no es poco) ha sido suficiente como para mantenerse arriba. Los 'Ramones' de Boedo no nadan precisamente en la abundancia, pero su condición de líder también se alimenta de la pobre faena de sus más inmediatos perseguidores.
El domingo, San Lorenzo no pudo superar a River, que jugó con un hombre menos por 85 minutos, pero las urgencias no eran menores por el lado de Núñez. Ganar el clásico le hubiera significado al equipo de Passarella no sólo comprarse un boleto a la ilusión por el campeonato, sino que además lo habría ayudado a salir del pantano interno infestado de violencia en el que está inmerso.
Al final de la jornada, con los resultados puestos, el 'Santo' salió favorecido porque las ventajas se mantuvieron intactas. Pero a San Lorenzo, la chapa de candidato aún no le reluce lo suficiente. Con el empate en el clásico, se le cortó una racha victoriosa de local de siete partidos. Claro que todos ganados por la mínima diferencia, lo que evidencia el poco resto aunque por ahora le resulte suficiente.
Pero si de oportunidades dilapidadas se trata, ahí está Boca. Al equipo de Russo se lo podría justificar por el doble frente que debe afrontar (Clausura y Libertadores), pero lo cierto es que no pudo acortar distancias con la cima, a pesar de los puntos que dejó el 'Santo' en la últimas jornadas. El 'Xeneize' viene de empatar
tres partidos de manera consecutivas, aún le pone el pecho al frente doméstico, pero está claro que sus chances decrecerán a medida que siga progresando en la Copa.
Esta situación quizás favorezca a Estudiantes, en la misma línea que Boca, a tres puntos del líder. El último campeón sueña con repetir, aunque su fixture final aparezca a priori algo más complicado que el de San Lorenzo y Boca.
