" Dinamarqués al chalet. Sin data precisa, la foto pertenece a un viaje al Nahuel Huapi del embajador de Dinamarca en la Argentina. Se deduce, por algunos otros indicios de las vistas tomadas en la travesía, que sucedió en el verano de 1923. El fotógrafo registró al embajador y acompañantes, cuando se disponía a saludar al gobernador de Neuquén en el famoso chalet sede del gobierno. Otras fotos registran visitas a Roca y chacras de frutales (acompañado por un señor Kaufmann), o frente a la fonda donde el embajador fue agasajado por el gobernador y toneles de vino en la vereda. Siguieron en automóvil al Nahuel Huapi, según las fotos de un álbum norteamericano de Eastman Kodak Co. que se vendía en Bariloche con un título en dorado ostentoso: "Un inolvidable viaje al Nahuel Huapi".
" Viejo plan de represas. En el Alto Valle la comitiva dinamarquesa visitó también el dique Neuquén. Mostrado con orgullo, era el resultado de fértiles sueños irrigadores. Los proyectos de embalsar las aguas de la región arrancan con el siglo XX. Lo avala una noticia aparecida en la edición matutina de El Diario de Buenos Aires el viernes 14 de abril de 1905, es decir, siete meses después de la fundación de Neuquén capital. Su título: "El río Negro y sus afluentes". La nota, que sin detallarlo, aludía a un voluminoso expediente que cambiaba de escritorio ministerial, decía así: "El ministro Torino de Agricultura y Ganadería pasará esta tarde a su colega de Obras Públicas, el estudio para la regularización de las corrientes de los ríos Neuquén y Limay, realizado por la oficina hidrográfica del ministerio aludido en primer término. Contiene todo lo que ya fue publicado y agrega observaciones de gran valor y cálculo de las obras proyectadas para embalsar las aguas de estos ríos aprovechándolas luego en los valles del río Negro". La noticia, que también hablaba de mejoras en las líneas telegráficas y conexión con Patagones, precisaba que "para embalse del Neuquén se elige, como estaba aconsejado tiempo atrás, la cuenca Vidal. Para el Limay se aprovechan todos los lagos desde el Nahuel Huapi. El presupuesto se fijó en dos millones de pesos". La nota aludía al F. C. Sud como probable financista de la obra.
" El crimen de Arroyito. El asesinato del jefe de Correos y Telégrafos de Arroyito en la Pascua de 1902 conmovió a los pocos neuquinos asentados en los flancos del río Limay y cuando faltaban más de dos años para que se fundara la nueva capital Neuquén en la Confluencia. Se llamaba Fidel López y hacía poco se había instalado con su familia.
El crimen (según La Prensa del 7 de abril de 1902) se consumó después de una comida que López participó a su auxiliar Máximo Vilas y a quien construía la casilla para el flamante telégrafo: un tal Higinio Corvera. La comida se dio en la casa de Blas Guerrero y, según lo indagó el comisario Pedro Rossi (que tras conseguir movilidad en la estación Neuquén llegó hasta el lugar) el alcohol no incidió en el crimen. Sólo puede haber ayudado a consumarlo.
" El asesino avisa. Aquel crimen de Arroyito de 1902 fue premeditado. El comisario Rossi supo que el criminal Vilas le había dicho a Higinio Corvera, constructor de la casilla de correo y telégrafo del lugar, refiriéndose al jefe Fidel López: "Le voy a levantar la tapa de los sesos". Pero el primer tiro fue en la tetilla izquierda. Disparó tres veces más con más precisión pero aunque un balazo le dio al infortunado López en el muslo.
" Cajón y colecta. El asesino que consumó el primer crimen de Arroyito fue dominado por el dueño de casa Blas Guerrero y se ingenió para dar aviso a la policía. Según el comentario del diario La Prensa, el jefe del correo Fidel López, la víctima, fue "enterrado en medio del campo" agregando un detallo para la historia del lugar: "Fue el primer cajón que se entierra en Arroyito". Una colecta intentó ayudar a viuda e hijos.
FRANCISCO N. JUAREZ
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